miércoles, 4 de abril de 2012

Puntos cardinales: Este



Me hubiera gustado ser del Este
salir cada día al encuentro de ese amanecer
insistente, voluntarioso
que nos recuerda el pulso de la vida.

Mover la arena con los pies
en la playa sin sombras de la anochecida
y dejar que el agua me arrastre
hacia las grutas/cobijo de algunas esperanzas.

Dejar subir el agua por el pecho
sentir la calma de la espuma
y los guiños al sol que desde el mar
el agua repite día a día.

Del Este más al Este que tu Este,
al borde mismo del acantilado
donde el sol salta cipreses, pinos y albahaca
para llegar al brillo de tu frente.

Más al Este de este espacio hueco
que llamamos memoria y más parece tristeza,
a la sombra de sombrillas primaverales
clavadas en el suelo como aviso de vida para luego.

A este lado de tu cuerpo
de las líneas de tu cuerpo que revivo cada instante
perfil de montaña entre dos mares
arena cálida dispuesta al oleaje.

En ese Este de tierra roja
donde los grillos cantan su letanía
de verde, agua y luna
a la espera del sol que me levante por el Este.



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