miércoles, 25 de abril de 2012

Solo un momento: Triángulo de amor bizarro en el futbol

Han esperado los 100 días de gobierno de la mayoría del PP para que el Sr. Odriozola pase de bramar a firmar y para que el CSD deje de ser la bestia parda que le agredía. Hace pocas horas el ministro de Educación+Deporte, Sr. Wert, el presidente del Consejo Superior de Deportes, Sr. Cardenal, limpio ya el CSD de polvo y paja en sus competencias sobre la salud y el dopaje, que subsume en las competencias de la antigua Agencia Estatal Antidopaje (no existe lo que no ser nombra) y el presidente de los clubs de fútbol, Sr. Odriozola, han firmado un acuerdo tripartito en el que se suscribe lo que parecía obvio: que la deuda pendiente y la futura de los clubs la pagarán los clubs y no con fondos públicos. Acuerdo bizarro de intereses, en su sentido de extraño, extravagante, anormal o atípico.
El pacto para la paz implica que las partes se comprometen a que en un plazo de ocho años se haya pagado en su totalidad la deuda acumulada por los clubes y se les descontará a quienes tengan deuda un 30% anual de los derechos de fútbol que perciban por la retransmisión de partidos, además de la “fianza” que significan los derechos e ingresos de los futbolistas.
En román paladino, un aplazamiento de pago, sorteando los costes de financiación bancaria que entraña la deuda para dichos clubs. No es un coste cero. Si para los clubs, no para los ciudadanos. Después de todo, por algo se llama deuda soberana, la que el Estado tiene y genera en nuestro nombre y contra nuestros impuestos. 
Costó muchas noches de negociación conseguir hace carias legislaturas que los clubs de fútbol fueran lo que debían ser, sociedades anónimas reconocidas  y obligadas como tales; y muchas broncas públicas contra aquellos salvajes que lo pretendieron. Ojalá todas las sociedades anónimas, tuvieran la misma oportunidad de puesta a cero de su contador con Hacienda, para pagar esos mismos sueldos a sus empleados. 

lunes, 23 de abril de 2012

En tu nombre: Susi

Foto: Juanfago
Miraba hacia el río, y no era el de A Xainza, tan cerca de su casa. En realidad, no era ella, sino una mirada de esas que vemos en la pantalla de cine y nos hace que el corazón de un brinco. Fue así, como cuando se te encoge el estómago de improviso y recuerdas que se te olvidó hacer algo importante. Como hace años al subir a aquel avión y ver de perfil a tía Esperanza, su recuerdo en mi memoria para ser más cierto, porque hacía algunos años que se había ido. Aquel río de la película y la mirada que cobijaba, como un estallido de color y melancolía infinita, me hicieron acordarme de ella.

Cada día mas, conforme avanzan los años, la acumulación de vida, crece esa sensación de peso, de emociones acumuladas, y vives la impresión de no llegar a todo, de que cada día viene predeterminado para el qué o el quién ocupas tu tiempo. Quizás la vida o la edad sean eso, el ejercicio de vivir y seleccionar después, una injusta manera de sobrevivir aparcando recuerdos y nombres .... vida a cada lado del río.

Esa forma de mirar era propia de ella, unos ojos muy abiertos y un gramo de tristeza en el lacrimal, aunque su boca siempre era capaz de surcar la mejor sonrisa, abierta, como sugiriendo un abrazo tierno o un beso cálido. Sentada en la cocina de hierro o en la silla blanca de la huerta, tenía esa habilidad tan especial, la que sólo tienen algunas personas para convertirse en el punto al que todos miramos, hacia el que todos sonreímos, el que nos provoca la mayor y más compartida de las ternuras.

Vive sola, arriba de una loma a las afueras, desde donde mejor se ve caer la lluvia entre ella y la historia de las piedras de esa ciudad que la han hecho espectáculo y esperanza de creyentes. Su casa, como ella, abierta, es un punto de luz absoluto, mientras los versos de Benedetti corren de arriba a abajo por la puerta del frigorífico y en la pared del salón, en una suerte de juego de palabras que sólo él sabe unir y ella interpreta; ficha a ficha, en un dominó en el que todo encaja hasta estremecerte frente a la pared blanca de luz blanca.

Años atrás le compramos un violín, en esa ciudad de piedra, en una tienda oscura que se abría entre calles húmedas y frías, aquel invierno gallego tan lleno de ilusiones. Violín y Susi tuvieron un tiempo de vida en común, como una pareja a tres compartida con las clases y el profesor. Dormirá, como en el poema, en el ángulo oscuro del desván, que es donde ponemos a descansar la música cuando las notas nos quitan tiempo o nos exigen años, demasiados para dedicárselos

No era ella, pero esa expresión era inconfundible: El brillo de los ojos, el mundo reflejado hacia el fondo, y una sonrisa que te abre los brazos como desencajados de afecto.

El rio de A Xainza, que se parte en dos hasta la ria, la alimenta y disimula las mareas, pasa todos los días por junto a su otras casas, las de antes. Arriba, en la loma donde se escuchan las campanadas de peregrinos, Susi es la llamada de cualquier noche de cine que te abre la memoria de sopetón y te estruja el corazón con los dedos de la nostalgia.

miércoles, 18 de abril de 2012

Disculpe si me opongo


Se va extendiendo la tesis de que la política de Estado, esa actitud responsable ante el cuernitoro, exige de la oposición una postura de adorno torero después de la faena, mientras el bicho da media vuelta y busca de nuevo el cobijo de la sombra, con la seguridad de que el espada ya no pincha en su cuerpo ni marea la vista con el capote. Es ese toreo que se ensaya en el salón social, cuando se tiene más en cuenta la opinión de los críticos que nos rodean y no se descuelga ni un músculo del maestro más allá de los cánones. Y así es como quien gobierna intenta clavarla hasta el corvejón, sin cortesía ni compasión para el mostrenco, en la seguridad de que mantendrá impasible la posición ensayada bajo la mirada cortés de la corte luego tan insaciable.

La tarde/noche de las elecciones recientes en Andalucía y Asturias ya fue un alarde de cortesía: Hasta que no salieron ante las cámaras todos los contendientes de izquierda a derecha, incluido ese limbo de UPyD, y hasta que la semipotenciaria secretaria general del PP, Dolores de Cospedal no bendijo con falsa agua bendita el fallido éxito de su partido en Andalucía…. Hasta que todo eso no se produjo y cuando ya los informativos y sus tertulianos pasaban hoja no apareció, como ya descontada, la vicesecretaria general del PSOE, Elena Valenciano, para alegrarnos la espera y con la vieja/nueva noticia de que la tierra del sur sigue teniendo sangre roja en las venas.

Parecería que fue ayer todo esto, que pertenece a otro tiempo, hasta que en la primera comparecencia pública del virrey secuestrado, el gallego Rajoy, se dejó caer por el Parlamento por inevitable y escuchó del máximo representante de la máxima oposición numérica que seguimos abiertos a los pactos de Estado: por responsabilidad de ese mismo Estado, porque somos la oposición, mire usted, y nuestra responsabilidad nos compromete con el futuro del país, aunque sea usted quien decide directamente o como ente interpuesto la política de Estado y quien anuncia por boca propia o ajena que una nota de Prensa es suficiente para calmar los mercados (¿) y yo me piro por el garaje en un alarde de responsabilidad.

Leemos en la Prensa cómo las reuniones sobre política de Estado se desvelan con luz y taquígrafos para asombro de extraños, declaramos nuestro asombro y nos volvemos a unir contra Isabelita Kirchner por lo de YPF, que es igualmente razón de Estado, un mal Estado en este caso.

Hemos vivido la mayor huelga general de la década con el carnet escondido en el forro de la cartera para no descomponer la postura ni romper el artificio, y hemos leído hace pocas horas que a los parados que cobran subsidio, a los pensionistas que ya cotizaron, a los que ingresan menos de 100.000 euros/año… toda esa extrañamente llamada clase media, se le aplicará el repago de las medicinas. Mientras sigue resonando aquello de que los enfermos crónicos no deberían ser atendidos por la Sistema Nacional de Salud o que –versión más extrema del mismo discurso- los parados pueden incrementar sus ingresos donando sangre. Después de todo, estamos condenados a sangre, sudor y lágrimas desde que nacimos, como bien se sabe, y que la sangre del látigo es parte del salario para los empresarios farmacéuticos de este país.

Llegamos así al último movimiento de posición desde la oposición por boca de la exministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, quien señala que el repago de medicinas. "Es una medida ineficiente, se ha hecho de manera apresurada y mal". Es una suerte que sea la representante de la oposición para temas de salud y ya no lo sea en temas de política exterior, que le hubiera dotado de mayor perspectiva.

¿Medida ineficiente? ¿Apresurada? ¿Mal hecha?. Da igual como se llame esa postura en el arte de Cúchares, eso del toreo. A fecha de hoy y en el suelo que pisamos, se llama faena de aliño, como “no me gusta del todo” o algo así, en todo caso lejos de lo que exige el guión de la compostura y más cerca del socio al que no le consultan,

Alienta leer hace días el artículo del exministro de Justicia (un accidente en su vida profesional) y catedrático constitucionalista Fran Caamaño, tan poco sutil cuando hablaba del trasfondo de la reforma laboral, como excusa, para hablar de injusticia en esencia pura. Frente al aprovechamiento abusivo de las necesidades ajenas y el desprecio a la dignidad de las personas en nombre del empleo y la eficacia productiva, la Declaración de Filadelfia fue, sobre todo, una alternativa ética a los desmanes de la economía de mercado y de la sociedad industrial del momento”, decía Caamaño, hablando de una fecha de 1944, la de la XXVI Conferencia Internacional del Trabajo en las vísperas del conocido Día D de aquella Segunda Guerra Mundial. La nueva norma desampara al trabajador y espera de él que se porte como un héroe, resumía.

La derecha televisada y la televisiva piden que seamos optimistas, que no caigamos en el pesimismo. Como si la consigna a difundir fuese “que se lo crean y así callen”, como si la oposición inundase todos los días la calle y en las Cortes sin Bono los maletillas hubiesen asaltado el ruedo. No seamos pesimistas, pero tenemos derecho, y a lo mejor la obligación de Estado, a que haya oposición, la que la sociedad merece siempre y no termina de ver.

(Sin perder el sentido del humor ni el escepticismo, fue maravilloso ese pase del delantero del Chelsea frente a la portería del Barça. Desde un lado del área pasó el balón por delante de la portería hasta el otro lado y su compañero remató. ¿Será un vaticinio?)

jueves, 12 de abril de 2012

En tu nombre: Celina y el 15-M

Celina es en mi memoria lo que otras muchas mujeres en el recuerdo de los hombres: ese látigo de luz que te despierta de la adormecida de vez en cuando y recuerda que la realidad es más una somnolencia que la verdad misma. Era natural encontrarlas detrás de las siglas del 15-M o cualquier otra denominación para ese Basta Ya de tantas causas contra el hastío. Es decir, que en este caso la marca es una circunstancia que permite facilitar la comprensión, con un simple golpe de vista, de todo lo que se refugia bajo ese paragüas de la denominación, comenzara ese 15 de mayo o mañana mismo. Hay un latido intenso que se sale del corazón y revuelve la inteligencia no en busca de nuevas verdades, sino para despertar las ya existentes y las potenciales, que siempre están cerca de la mano cuando se desean firmemente.

Las Celinas del 15-M tienen nombre propio y su mejor apellido es Libertad para encaramarse hasta la fachada de los informativos y de estas redes sociales como quien alertaba desde el puesto vigía. Lo hicieron el 15-M con el riesgo de la intemperie de la plazas o la intemperie de la incomprensión. Desnudas de miedos, han puesto un blog como mural en el que escribirse contra la desidia, el hastío, la falta de justicia real y los abusos frente a la convivencia.

A pecho descubierto, este paisaje de intemperie solo puede traernos de su mano un gramo más de inquietud y fortaleza para quienes siempre consideraron que no era suficiente tener un techo con el que cubrirse. La intemperie dura más, pero construye hábitos de libertad, de los que tan faltos andamos.


Asamblea Feminista 15M Iruña / Iruñeako 15M-ko Batzar Feminista



miércoles, 11 de abril de 2012

Puntos cardinales: Sur



Todavía no habían abierto gargantas en la montaña para que la velocidad atravesara sus entrañas y los trenes sorteaban arroyos y cerros a ritmo de pitido y carbonilla. Y ella esperaba todas las noches frente a la estación de autobuses, un talón apoyado en la pared, como sujetando el mundo, y otro en aquella acera gris hecha con onzas de hormigón. En aquel ángulo oscuro de la acera y la noche, su pantalón campana de azul cielo era una ola de mar que se estrellara en la pared sin rozar la arena, y las sandalias un dibujo a tiralíneas blanco sobre el cemento.

Se llamaba Lola. A aquella hora de la noche era Lola, oriunda de Algeciras según iba escribiendo en el aire con el humo del cigarrillo rociado de la escarcha carmín oscuro de sus labios. Al medio día, camino del café del bar “El manicomio”, era Manuel, con barba trasnochada y el pelo moreno sujeto en la cabeza con un clip, recién bajado de la peluquería. Una camisa vaquera sujetaba el mismo pecho que por la noche cubría el encaje blanco de marga larga y los mismos ojos miraban de igual manera muy a lo lejos, en ese punto donde nada te importa ni a nadie ves.

Cantaba como Lola, otra, todavía viva por entonces, y lloraba con ella cada noche arriba de un escenario robado al hueco de la escalera. Y cada noche acariciaba en la barra la cara de El Cabrero, un guardia civil enjuto de la tierra que en aquel bar de La Inglesa ignoraba las leyes de Franco escritas en Madrid. Una mano en el rostro de El Cabrero y con la otra en el de un recién llegado al que le anunciaba con voz de barra “niño, te voy haser un visio…..”.


Su lugar era la acera, fuera del bar, a cualquier hora, a la espera del último autobús de los que atravesaban el sur de este a oeste, ahumando con paciencia infinita la llegada de alguien conocido o un piropo desde un coche. Algo que llevarse en el recuerdo cada noche, como un geranio recién cortado para la alcoba.

Hablaba poco y lloraba bien, ese era su espíritu, el atractivo casi místico de cada noche, una sandalia fija contra el muro y otra dispuesta a dar el paso. Siempre blancas. Como la espuma del agua que iluminaba la arena de aquel paseo sin luz, en aquel pueblo donde Lola paseaba a Manuel cada mañana.

Lola paseaba a la otra Lola de madrugada de bar en bar, con la familia detrás en cofradía, jaleada por las palmas de los propios, las miradas absortas de los extraños y la impaciente espera de aquel muchacho que esperaba “un visio” por descubrir. En cada bar, cambio de copla, pañuelo y flor del pelo. Y atravesábamos con ella el calor húmedo que el sol regaba cada día por el suelo hasta llegar al Yunque, el discobar de las despedidas, lleno de vacíos y huecos fijos como si un capricho afortunado se hubiese reservado la platea.

El oro de las cortinas se abría y aquel geranio rojo reventón aparecía allá arriba, en lo alto de su melena negra, cerca de una espalda morena y desnuda en forma de uve hasta que un tacón como un clavo se levantaba del suelo y Lola, las dos en una, se daban la vez en la primera letra y la vuelta completa hacia el tendido. Estábamos los mismos con los de siempre, aplaudiendo hasta que el eco ensordecía. No se aún si por lo que cantaba o por su desgarro frente al hormigón gris oscuro de aquellos años.

Era de Algeciras. Lo decían aún sus labios rojos en el hombro desnudo de aquel muchacho que regresaba esquivando montes y arroyos en un tren oscuro como el oscuro hormigón de aquella luminosa tierra.

No te asustes, sólo es el caos


La proclama de la representante del aznarismo en esencia pura, Esperanza Aguirre, ante el propio Mariano Rajoy pidiendo el cierre de la España autonómica no es sino una petición, nuevamente, de acelerar la marcha atrás, esa segunda transición que el expresidente vio esfumarse con los votos y las mentiras del 11-M, las que aún hoy algunos se empeñan en convertir en verdad a fuerza de nuevas mentiras. Una proclama, la de la presidenta madrileña, que se suma al escenario de caos que se representa desde el Gobierno que dice gobernar y desde el partido que dice sustentarlo. 

Lo leíamos un día de éstos: el caos siempre tiene un hilo conductor; sólo es caos real para quien lo interioriza como tal. Su objetivo es provocar, incrementar, extender el miedo que nace ante todo caos, para todos menos para quien provoca el miedo, que es el mismo quien que va deshilando el caos para volver a hilarlo a su modo. El caos solo es una apariencia del vacío de poder, pero no hay caos sin control en nuestro caso. El de aquí, este caos nuestro y el de ellos, se trenza en el tiempo o en horizontal aunque ahora se crucen ambos: crisis en lo horizontal y objetivos políticos en lo temporal.

El caos no es sinónimo de crisis, solo es parte del ambiente de crisis que se ha generado. Esta nuestra no es una crisis sostenida, es la alianza coincidente de los objetivos económicos internacionales, la debilidad democrática y de representación política y los objetivos particulares de la derecha aupada al poder por el voto desde el miedo.

La conversión de las clases medias en el gran totem de la política ha sido el mejor germen para el miedo; su poca fiabilidad ideológica, el caldo de cultivo, y su número, su importancia como población, la clave que decide el poder. Hemos convertido el centro como el campo de batalla mientras es centro. Por eso, cuando las condiciones sociales inclinan ese centro hacia la derecha, no hay más que aprovechar ese aluvión inseguro, numeroso y útil para remover los cimientos del avance social en un supuesto bien de la sociedad que mayoritariamente votó a quien gobierna. 

Descubrir que la obediencia a los intereses económicos internacionales incluye desmontar lo que nos hizo sentirnos casta media durante estas dos últimas décadas, es como la caída del caballo de Saulo. Por eso Esperanza ante Rajoy, o Angela en toda Europa, y otros miembros del PP en nuestro país tienen prisa en plantear a bocajarro el puñetazo en la boca del estómago social, para evitar la reacción después del susto. 

Por eso, no te asustes, lo que ocurre es sólo caos. Hay que estar más atento a lo que proponen que al ruido que producen sus propuestas: socialmente son más letales sus objetivos que el ruido ensordecedor de esta crisis. 

Se equivoca, nuevamente, el ministro de Economía cuando dice que hay que sortear a los mercados. No le van a dejar sortear a su propio partido.

miércoles, 4 de abril de 2012

Puntos cardinales: Este



Me hubiera gustado ser del Este
salir cada día al encuentro de ese amanecer
insistente, voluntarioso
que nos recuerda el pulso de la vida.

Mover la arena con los pies
en la playa sin sombras de la anochecida
y dejar que el agua me arrastre
hacia las grutas/cobijo de algunas esperanzas.

Dejar subir el agua por el pecho
sentir la calma de la espuma
y los guiños al sol que desde el mar
el agua repite día a día.

Del Este más al Este que tu Este,
al borde mismo del acantilado
donde el sol salta cipreses, pinos y albahaca
para llegar al brillo de tu frente.

Más al Este de este espacio hueco
que llamamos memoria y más parece tristeza,
a la sombra de sombrillas primaverales
clavadas en el suelo como aviso de vida para luego.

A este lado de tu cuerpo
de las líneas de tu cuerpo que revivo cada instante
perfil de montaña entre dos mares
arena cálida dispuesta al oleaje.

En ese Este de tierra roja
donde los grillos cantan su letanía
de verde, agua y luna
a la espera del sol que me levante por el Este.