lunes, 13 de febrero de 2012

Malditas palabras

Leído hoy: 
La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, ha criticado a los sindicatos por anunciar manifestaciones para protestar por la nueva reforma laboral y les ha acusado de movilizarse contra la norma que hoy entra en vigor porque pierden "su capacidad de influencia" en las empresas.


Leído un minuto antes:
" La secretaria general del PP asegura que su partido es "el de los trabajadores" y que "defiende sus derechos".


Hay palabras nobles, de significado claro, de referencia habitual; con las que construimos la convivencia a través del diálogo. Pero, ay, hay palabras, las mismas de antes, que se vuelven malditas en la boca de quien las pronuncia. 
No parece suficiente ver caer la nieve y el hielo en estado de alarma general. Se necesita, según parece, meter una zanahoria al muñeco por donde más le duele, el oído.
Incluso confían en que la insistencia en el exceso verbal convence las conciencias, como un crucigrama hecho a capricho del que no sabe resolverlo; como un juego de palabras cruzadas vacías y torcidas. 
El valor de las palabras es escaso, ya sabíamos. Pero en la boca de la insidia las palabras sólo son malditas.

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