domingo, 8 de septiembre de 2013

Navarra. Jaque, sin mate, a Yolanda Barcina

Si la crisis de Navarra fuese menor o reciente, poco importaría que la presidenta de su Gobierno, Yolanda Barcina, ningunee al Parlamento foral, ignore las decisiones de la mayoría y las acuse de ilegales. Ha abierto una nueva etapa de confrontación con todos y ha convertido la sentencia del Tribunal Supremo sobre las dietas de la CAN en un apoyo al descaro de lo que se ocultó. Sabe que el juego con la oposición trae avisos de “mate” en otoño, pero no podrá llegar al “jaque”. Antes, tumbará el tablero.
Todos tienen prisa para poner fin a la inestabilidad política que desde junio de 2011 azota Navarra. Con el “comienzo de curso”, todos han sacado del frigorífico los mensajes que guardaron antes de las vacaciones y, como entonces, el objetivo es común pero las estrategias para conseguirlo son diametralmente opuestas. Solo la sentencia del Tribunal Supremo, dando un repaso a la jueza decana de Pamplona a cuenta de las dietas de Caja Navarra, presenta un cambio de importancia en este tablero revuelto. Toda la oposición ha planteado “jaque” a Yolanda Barcina, algunos como puro farol, para que cambie de estrategia. Pero no habrá “mate”.

Yolanda Barcina, presidenta
del Gobierno de Navarra y UPN
(Foto EFE)
EL FIN DE LAS DIETAS
Con su decisión de cerrar el “caso dietas de la cam”, el Tribunal puso fin al primer acto sobre lo ocurrido en la entidad financiera, pero quedaban abiertas las lecciones políticas de esa resolución sobre la ética de lo que habían llevado a cabo las cabezas políticas de UPN y de la Caja en los últimos diez años. En su retorno a este tablero de ajedrez sin final de partida en que se ha convertido Navarra, la presidenta ya ha lanzado su mensaje particular con su particular manera de convertir la realidad en conveniencia: la decisión del alto Tribunal es un respaldo a la gestión realizada respecto a las dietas por los que la juez María Paz Benito decidió imputar; no hay, a su entender, doctrina alguna ni condena moral para el futuro sobre la forma de actuar cuando los políticos ocupan el poder y la dirección de una entidad financiera, si es que volviera a producirse una situación similar.

Lo cierto es que el Tribunal Supremo, seguramente sin pretenderlo, ha conseguido – y esta es la mayor consecuencia para el futuro- sacar ese asunto de la primera línea del debate político, donde se había convertido en el motivo principal de descrédito de la presidenta navarra y, en consecuencia, la petición unánime de que convocase elecciones anticipadas, ante su minoría parlamentaria y la censura unánime de toda la oposición, aunque la moción presentada por Bildu no prosperase. Queda de nuevo al descubierto el dato esencial de la vida política navarra: Yolanda Barcina no cuenta con ningún apoyo para gobernar salvo su propio partido –y esa es otra historia-; el Parlamento, donde la oposición había intentado levantar un castillo de legalidad y política frente al gobierno, es insuficiente como herramienta para el acoso a Yolanda Barcina y, finalmente, la jefa del gobierno ha convertido su autismo en estrategia política, para desesperación de propios y ajenos. La CAN, además de una historia negra de la vida económica y social de la Comunidad, no forma parte de la estrategia política posible para la oposición.

UPN: RUIDOS en los postres
Como indicaba Alberto Catalán a Zoom News antes del congreso de UPN, su misión como presidente del Parlamento es hacer que la vida interna de la institución funcione según sus normas y sin ruidos formales. Si en alguna ocasión se pretendió encontrar en el presidente un apoyo en la estrategia política contra Barcina, su mantenido silencio después del congreso regionalista le ha sacado de esa contienda, al menos públicamente.
Como toda UPN, sabe que la mayoría desunida que representa la oposición es la mejor tabla para bracear sobre las olas de la crisis y que, mientras eso ocurra, UPN se mantendrá inquieta pero pegada a su casilla del tablero. Barcina, desde el mismo congreso, no es líder en UPN pero será intocable a medio plazo desde dentro y, a corto plazo, no hay otra mayoría interna que le haga caerse del trono. Esa es la baza de Barcina, a pesar de los ruidos que se han escuchado en las comidas estivales, desde el primer plato hasta los postres.  

EL PARLAMENTO: LA PALANCA ROTA

La oposición ha intentado que el Parlamento se convirtiera en el tablero de esta partida que dura ya dos años. No se ha conseguido el triunfo que se buscaba trasladando al Parlamento los objetivos de la batalla política entre oposición y gobierno, pero es el único dato de normalidad de este último periodo porque, con mayor o menos habilidad, los grupos de oposición han dado cauce institucional a sus críticas e iniciativas y ha puesto blanco sobre negro que nadie en esa sede apoya a la pieza de la reina blanca y que la reina es sorda al Parlamento. De hecho, es evidente la conversión política del gobierno de Navarra en una herramienta ilegítima desde que perdió la mayoría y, además, antidemocrática desde el punto de vista del juego de poderes públicos.

SE BUSCA MARCA ABERTZALE
La izquierda abertzale es el alfil que se mueve de un lado a otro, a grandes saltos, con la libertad que le permite su juego de dos caras, el político y el social, y aprovechando la experiencia de tantos años de control de los movimientos ciudadanos que el resto de la izquierda dejó a su suerte. Hoy es Bildu, fundamentalmente, quien dirige ese juego del nacionalismo radical, pero mañana, si es necesario –y lo será por otros motivos- se cambiará el ropaje y pasará a ser cuerpo, que no alma, de Sortu.
Desde su papel como portavoz de NaBai en el Parlamento foral y como dirigente también de Aralar en Navarra y Euskadi, Patxi Zabaleta ha vuelto a recordar la fortaleza de la movilización social contra UPN en el caso de la CAN y ha sacado cabeza deseando el futuro cercano de la desaparición de ETA y el inmediato de la dimisión de Yolanda Barcina. Como Bildu, con quien Zabaleta hizo alianza para las elecciones vascas, sabe que el tiempo de espera hasta unas nuevas elecciones autonómicas, en 2014, le permitirá contribuir a la reconstrucción de una marca política y electoral común de toda la izquierda abertzale, con identidad propia en lo posible para el caso de Navarra, como Zabaleta reclama a quien le quiere escuchar.
Bildu parece dividida en varios grupos en el Parlamento foral, pero es la segunda fuerza en el de Euskadi, y hasta que dichas elecciones lleguen está por ver qué influencia tiene en su futuro este cambio de época de la izquierda más radical y abertzale y, especialmente, cómo inciden las decisiones o no de ETA sobre su propio futuro. Hoy por hoy, esta izquierda es el mayor azote de Barcina y UPN pero pone en evidencia su actual minoría y recuerda el recelo social sobre ellos cada vez que acusa al PSN de ser el causante de la política enquistada de Navarra.
El esfuerzo de Geroa Bai (antes miembros de NaBai) va a ser doble y no menor pese al empeño de su líder más conocida, Uxue Barkos, que hace de compás con su doble presencia en el Parlamento español y el Ayuntamiento de Pamplona. El círculo que quiere dibujar pasa por las alianzas con el centro izquierda, desde la fortaleza interna de los independientes integrados en Geroa. Ese futuro como alfil en el centro-izquierda pasa ineludiblemente por una IU estable en el panorama político navarro y el PSN-PSOE. Esta es la fórmula más al alcance de todos, la plataforma desde la que se quiere mover a Barcina de su casilla en el futuro de la partida.

Nada pasará hasta esa convocatoria electoral, porque Geroa Bai quiere crecer con los votos por encima del PSN-PSOE y de IU como marca electoral con mayor atractivo frente a los herederos de Batasuna. Juega a ser el epicentro de esa nueva mayoría y que UPN siga con su actual debilidad parlamentaria, si no mayor. Geroa Bai sabe, no obstante, que, salvo sorpresas, esa mayoría social alternativa necesitará convertirse en mayoría parlamentaria con el apoyo de Bildu, mañana Sortu, y la NaBai de Zabaleta, cualquiera que sea el resultado en el lado de la izquierda.

PSN-PSOE: NO habrá SORPRESAS

Hasta ahora la gran incógnita era la decisión que tomase el PSN-PSOE, quien vive aún con el reproche de haber sido expulsado por UPN del Gobierno. Si como dice su secretario general, Roberto Jiménez, fue un error entrar en ese Gobierno, más de un año después se ve abocado a asumir una realidad que no le gusta, en la que necesita mantener la imagen de equilibrio y bisagra para sortear su capacidad para tomar decisiones autónomas el marco político general del PSOE. Si el PSN-PSOE no cambia su estrategia, se convertirá en el don Tancredo de las charlotadas: Inmóvil, rodeado por un toro en movimiento que el graderío aplaude y que no premia la inmovilidad del sujeto, porque el tendido está acostumbrado a ver en la arena el juego de luces del valor y la prudencia.

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