martes, 11 de junio de 2013

El Dúo Dinámico y las pensiones

Ramón Arcusa y Manolo de la Calva, conocidos como el Dúo Dinámico, ya no peinan canas porque se las tiñen, pero el PP les va a comprar los derechos de autor para su reforma de las pensiones. Aquel "Somos jóvenes" que ya es historia de viejos va a recibir un renacer imprevisto en este afán de la derecha europea de esquilmar el futuro de quienes viven de un salario hoy, ayer y mañana
La reforma de las pensiones que el Gobierno de Mariano Rajoy ha puesto en marcha va a consagrar al rejuvenecido Dúo Dinámico y convertirá esa canción en el himno de esta nueva generación que, a punto de jubilarse, seguirá trabajando para incentivarse su propia pensión, como también las generaciones siguientes para poder mantener un viable poder adquisitivo en una sociedad devaluada y encarecida cómo la que se avecina.
No ha hecho falta que el Partido Popular retorciese de nuevo la estructura y criterios del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) para amañar el perfil de la sociedad española. Le ha bastado con dar un zarpado al régimen de las pensiones para convertirlo, de un sistema solidario, en un sistema recaudatorio con el que tapar los agujeros que los impuestos insuficientes no cubren, aunque todos sepamos que bajar impuestos o crisis del Sistema de Seguridad Social son los nombres que se dan a ese afán de esquilmar la sociedad por otros intereses. Ya antes, para rebajar la deuda sin tocar impuestos, reequilibrarlos o extenderlos y poder refinanciar las consecuencias de la crisis bancaria, manejó en silencio y a su antojo la caja de reserva de la Seguridad Social. Las mayorías absolutas permiten eso, pero la desviación oscura o secreta de los recursos aportados por trabajadores y empresarios en nombre de la crisis nos permite pensar que hay malversación cuando, hasta ahora, nunca se quiso unir el destino de los Presupuestos Generales del Estado a los de la Seguridad Social.
La sociedad española, aunque más longeva pasará a ser progresivamente más joven porque la edad de jubilación se irá retrasando conforme pasen los años del calendario, aunque las fuerzas físicas vayan decayendo. De ser sujetos de derecho, las pensiones nuevas nos convierten en objeto económico fundamentalmente. Es la ruptura sin matices entre la visión social hasta ahora imperante, en la que el bienestar era un objetivo prioritario en la misión del Estado, y la doctrina que año a año se ha ido imponiendo en los países europeos de la mano de la derecha gobernante o de las políticas estranguladas por el poder financiero. Cosas de la globalización, que progresa desinflando los sistemas de protección existentes en Europa mientras infla las desconocidas cuentas de resultados.
El PSOE mantiene su idea de grandes pactos que el PP no desea y por los que, encima, cobrará un alto peaje. Mientras el Gobierno hace saltar la mesa imaginaria del reclamado acuerdo con una escenificación que nos trae a la memoria viejas historias nunca acabadas.
Tras la victoria del PSOE en 1982, el flamante ministro de Trabajo y Seguridad Social, Joaquín Almunia, tuvo que afrontar pocas semanas después de su nombramiento, lo que se iba a convertir en su cadena como ministro: la Seguridad Social. Casi en paralelo, una publicación semanal ya desaparecida, “Actual”, denunciaba el fraude de cientos de empresas al Régimen General; un fraude multimillonario que ahora nos parecería insignificante junto al eco de los que nos ocupan a fecha de hoy. En esas mismas fechas y de forma coincidente, la comunicación se inundó de anuncios pagados -y no solo como publicidad- procedentes de compañías aseguradoras y fondos de pensiones que nos advertían del oscuro futuro, de una supuesta crisis insalvable de la Seguridad Social. También a Almunia le costó su posterior reforma de las pensiones un agrio e histórico enfrentamiento con la UGT, entonces más fuerte y decisiva, que dejó de ser el PSOE como “partido hermano”.
Treinta y un año después, la estrategia de la derecha económica parece que conseguirá su viejo objetivo, lo que ni siquiera logró con la UCD de Adolfo Suárez. En 2013, el PP nos presenta a bocajarro el dictamen mayoritario de un grupo de expertos, exactamente los mismos zorros que podrían encargarse de cuidar del gallinero y que traducen las mismas consignas de hace tres décadas en sesudas conclusiones, admoniciones y advertencias destinadas a continuar con la particular estrategia del PP desde que nos gobierna: el miedo y el dinero y en ese caso de las pensiones pasa de puntillas por el hecho de que ese fondo estatal para las pensiones presentes y futuras se alimenta de las cotizaciones que trabajadores y empresarios aportan cada mes. El Pacto de Toledo habría sido el marco lógico donde impulsar ese estudio, pero ese Pacto ya ha sido maltratado por el Gobierno de Mariano Rajoy como ha querido.

El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba anunciaba que el Gobierno tendrá que negociar sus planes de reforma de las pensiones con su partido, con los demás partidos, con los sindicatos, con los empresarios… Como en su día Almunia, Rubalcaba se enfrenta a la que también puede ser su cadena, lo que haga salir al PSOE de su letargo. O no. Mientras, el futuro confirma la amenaza: Somos pura carne de cañón, carne más joven cuanto más longevos.


Artículo publicado en Diario Noticias de Navarra (DNA)    11 junio 2013

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