domingo, 28 de octubre de 2012

PSE-EE: Sin suelo


Cuando la radio anunció que los seguidores de EH-Bildu habían comenzado a entrar en el polideportivo de La Casilla, en Bilbao en la noche electoral de Euskadi, a los más o menos viejos del lugar el estómago se les dio la vuelta, como si hubiese frenado en seco aquel taxi que los llevaba hasta el hotel para vivir los resultados electorales. Comprendieron de sopetón que muchas cosas habían cambiado en un período de tiempo que parecía corto, el que va desde las manifestaciones de los 1 de mayo beligerantes y de clase con UGT y CC.OO a la cabeza, a esta tarde de cierre de mesas electorales de 2012, poniendo fin a una campaña que el Partido Socialista de Euskadi–Euskadiko Eskerra abría gobernando en Euskadi y con un escenario minimalista en blanco dentro de un hotel, en plena zona residencial de Vitoria–Gasteiz.

"Newton", por William Blake
La “ocupación” de La Casilla por los candidatos de EB-Bildu, segunda fuerza electoral en resultados y a un paso por primera vez del mayoritario PNV, arrojaba al interior del taxi múltiples preguntas sobre la evolución de la sociedad vasca, el día de las primeras elecciones sin armas a la vista y a un año de lo que nadie llama aún rendición de ETA. Preguntas sobre por qué había calado el mensaje del cambio sobre los modos y contenidos de la política, sobre cómo evitar que ahora la calle se inunde de nuevo del grito euskaldun de “independentzia” a la vez que Mas esconde su fracaso en Catalunya tras un grito similar y el Bloque se divide en Galicia para ascender al viejo y hasta ahora denostado Beiras. Y preguntas, en fin, de por qué los socialistas no consiguieron calar su mensaje de gobierno eficaz y parecen haber olvidado que sufrieron la peor de las persecuciones del terrorismo para luego sólo tímidamente recordar que “yo estaba allí”.

El concepto político de descalabro es como la purga de fierabrás, duele pero se olvida. El descalabro del PSOE del que se habla aún hoy en Euskadi, donde se quiso gobernar en minoría sobre un escenario político virtual, o en Galicia, donde todo parece condenado a que sólo Paco Vázquez ejerciese real poder en el partido y en las urnas simultáneamente, ese descalabro es probablemente el dato menos relevante, aunque tenga múltiples lecturas sobre la resistencia del PP, la validez de sus política regresivas, las alternativas imposibles….. Lo más significativo de los resultados del 21-N en Euskadi especialmente –el PSdG-PSOE aún anda rematando y esquivando cadáveres políticos desde el mutis por el foro de Emilio P. Touriño- es que se ha demostrado que, después de un tsunami como el vivido con Zapatero, no se construye una casa sobre el agua con los restos del desastre.

Los resultados para el PSE-EE hablan de un “suelo” imposible de adivinar, porque siempre se pensó que Bildu y sus componentes aún no han recibido la absolución de sus pecados como para merecer el triunfo. Hasta que llegó el 15-M, el de las elecciones autonómicas y municipales, y los herederos de Batasuna llegaron a cotas del 25,6% en una elecciones generales y municipales mientras en Moncloa las cabezas más cercanas a Zapatero suponían que obtendrían solo un 10,5% de votos. Aquel presagio y este resultado de hace pocos días están unidos por el mismo desconocimiento.

Metidos en el diagnóstico, ya hay quien dice desde la cabeza del PSE-EE donde Patxi López refugió su candidatura, en Álava, que “se han salvo los muebles”, que “el escenario es diferente al de anteriores elecciones porque la izquierda abertzale cambia los resultados de los demás con su presencia” y que quien opine diferente se vaya ... o los echamos. Hubo una izquierda a la izquierda del PSE presente en el Parlamento que ahora se renueva, la participación permanece prácticamente estable respecto de la anterior convocatoria para presidir el Gobierno vasco, y según los datos conocidos, la llamada al voto nulo o la abstención en aquella ocasión por parte del ahora EH-Bildu no tuvo especial eco.

No hay dudas sobre cómo consigue EH-Bildu su resultado electoral, llamativo resultado, en 21-N. Con su propia cantera de votos, los que resta al PNV, que fue el “mal menor“ de muchos y su capacidad de convocatoria, cuasi militar. La pregunta que más duele es cómo consigue el PNV su resultado, que le permite gobernar aun siendo minoría en un país de minorías políticas. Duele porque hay un desvío evidente de votos al PNV desde el PSE-EE y, está por ver, del PP. Y, en todo caso, son esos votantes de entonces los que cubren el magro de la abstención, que, siendo prácticamente igual numéricamente, es muy diferente en cuanto a la tipología de quienes la componen.

Es ahí donde comienza la respuesta a la pregunta sobre cuándo se abandonó La Casilla, sobre si zumbido Zapatero es la causa nuevamente o si, como algunos creen, la realidad es inevitable, aunque se la retuerza para formar gobiernos de conveniencia histórica. Respuestas sobre la necesidad de hacer coexistir la presencia en las instituciones con la presencia en la calle, junto a los ciudadanos, todos en general y, especialmente, en los lugares de intención de voto más probable. Respuestas, en fin, sobre si tanto análisis sociológico sobre Euskadi no ha advertido que los pueblos olvidan con prontitud y, más aún, a los que gobiernan, solo gobiernan.

Galicia y Euskadi han sido los pioneros en cristalizar una nueva izquierda que gritaba desde el 15-M, con el 15-M, mientras la izquierda tradicional hacía guiños de pana o cuello Mao para acercarse a ella. Una nueva izquierda que ha rentabilizado el impulso identitario, de nuevo, para situarse en o cerca del poder real, y un mensaje social para lo político, lo económico y lo institucional. Un mensaje al que el PSOE no ha podido llegar, achicando agua aún o preparando nuevos salvavidas.

Aquel anochecer en que Rodolfo Ares, como coordinador de la campaña electoral del PSE-EE, advertía de que el adversario no era el Partido Popular sino el Partido Nacionalista Vasco, pocos pensaban que se estaba refiriendo a un crecimiento posible y resultado favorable a costa de la izquierda abertzale, que antes le había prestados votos y escaños en un ejemplo de buena relación familiar. Nadie entendió que hablaba de votos socialistas o que votaron PSE-EE anteriormente. Desde el escalón más alto de la coordinación electoral, ha tenido una visión fácil sobre el movimiento del suelo, el político en general de Euskadi, y especialmente el ahora más que nunca inimaginable nivel donde el voto socialista deja de perderse.

La última pregunta y su respuesta es si Euskadi ha cambiado tanto como para que La Casilla la alquilen otros ahora o si son los conceptos que definieron siempre al socialismo –es tiempo de identidad- los que han perdido fuerza, si no sentido, en tiempos de crisis; si esa lejanía practicada respecto de la sociedad provoca sordera en tornos a conceptos anclados en su historia y que la sociedad repite a gritos: honestidad, cercanía y contundencia.

El arranque de campaña en el barrio gasteitzarra de Armentia fue el toque contra la abstención, cuando aún se era gobierno. Patxi López ha anunciado su deseo de renovar en y desde la secretaría general y ha desmentido a quienes, desde el propio PSE-EE, desnortados por la derrota, llegaban a enaltecer la relativa bondad del resultado, el de la mera presencia. Con ese entusiasmo bipolar de algunos y en la oposición, el riesgo es el anonimato.

miércoles, 17 de octubre de 2012

Antes de que pase el día: Dios, los jóvenes y el funeral

Parece cantado que los sindicatos anunciarán en breves horas y en Bruselas la convocatoria de una huelga general para el próximo día 14 de noviembre (¿te suena esa fecha?. Los motivos son conocidos y no haría falta reiterarlos si no fuese porque, como indica Viçens Navarro,  estamos haciendo trampas contra nosotros mismos al pensar que la crisis es la causante de los recortes y que con los recortes saldremos de la crisis. Los recortes son el nombre engañoso, la venda  que hemos puesto a esta hemorragia social que el PP está provocando antes de ser gobierno y que ensayó en las comunidades donde ya gobernaba cuando vio aproximarse los clarines de la victoria frente a un ejercito, el socialista, derrotado a si mismo y antes de tiempo. No hay recortes, sino cambio de modelo y lo que denominamos recorte es el caldo sobrante en la cazuela donde el PP hierve los nuevos colores para España.

Foto Jorge Paris
Contra los recortes se anuncia la huelga general del 14 de noviembre convocada ya en Portugal y que arrastrará al resto de las fuerzas sociales europeas  y que probablemente tendrá el mismo seguimiento que las anteriores. Porque el miedo ya ha calado y ni tan siquiera hay miedo al porvenir, sino resignación al estado permanente de temor. Lo hemos convertido en parte de nuestra cultura y la visión crítica sobre la marcha de nuestra economía es en Galicia, Euskadi o Catalunya, más allá del slogan electoral, el mismo diagnóstico y prescripción médica que el PP y el capital europeo demanda, sin rubor.

Contra esos mismos recortes se manifiestan hoy ya padres e hijos estudiantes, universitarios o no, bomberos, médicos....... y la imagen final ha pasado a ser la del entierro de la sardina: Se acabó la fiesta, incluido el final que nos trae el nuevo Código Penal sobre la fiesta de libertad que vivíamos antes de esta crisis, porque la nueva mano de pintura para España es de obligado cumplimiento y obligado silencio, como en los tiempos que creíamos pasados. El catafalco en el centro de la plaza, los estudiantes simulando cadáveres llevados a hombros, el luto como cierre de la manifestación y los oscuros policías protegiendo la sede de los bancos son la fotografía de esa nueva España, no hay que llegar al fondo de los bidones de basura.

17.800.000 pobres en España es la noticia de acompañamiento, un millón de pobres más al año es la consecuencia de una vieja crisis que habrá que sobrellevar. ¿Cómo? Recristianizando a los jóvenes, los que lucen luto por la enseñanza pública, los padres por la Universidad que conocieron y los empleados públicos por la sanidad que aún cuidan a contraorden. Para la Conferencia Episcopal la actual crisis, esa cifra de jóvenes parados con parados en casa tiene su causa original en la falta de fe en Dios, en la pérdida de los valores cristianos, en lo que llaman la "descreencia". Esta parte de la foto es la más amarga, porque su soflama hace arder por el centro de la imagen cualquier atisbo de solución si no hay conciencia de las razones reales de la crisis. Llaman Dios y saben que ese no es el referente; llaman crisis a lo que no se atreven a denominar estafa; reclaman fe desde donde peor huelen las conciencias.

La huelga del 14-N llegará jalonada de nuevas convocatorias de repulsa contra las instituciones emparedadas, la política vana o la oposición autista. Pero hasta ese día sería conveniente ir pensando cómo hacer frente al derrumbe del modelo, tener la seguridad de que Dios rondaba los despachos que generaron la crisis y los de quienes, a falta de ideas, esconden la realidad de la crisis, añaden su color preferido a la pintura y cambian el argumento invocando la estupidez

Con seguridad, Dios no estará entre los jóvenes en los funerales de antes del 14-N y con quienes sigan esa huelga general del 14-N que viene. No estará allí ni se le espera.

martes, 2 de octubre de 2012

Sólo un momento: Rajoy y la "sociedad silenciosa"

Para estas cosas hay que dejar pasar unos cuantos días, para no dejarse llevar por la provocación, como se suele decir, y ver los acontecimientos desde otro prisma. Como en cocina, algunos platos alcanzan su punto mejor al día siguiente, cogen fuerza y sabor. También debe saberlo Mariano Rajoy, aunque por algunos detalles el presidente del Gobierno parece más amante de los manteles que de los fogones, aunque le calcen chistosos gorros de cocinero.

Experto en humos y al parecer bien asesorado -es un decir- sobre donde debe hacerlos o no, no lo es tanto en cuanto a los humos de la sociedad y los juegos de cocina con utensilios y recipientes de medio y alto riesgo. Su experto sociólogo debería advertirle de que llamar a la calle a las almas que soportan en silencio el fraude electoral y el fraude económico no es recomendable si no lo haces en el momento indicado o si, como alternativa, no tienes las yogurteras de la Policía (con mayúsculas) escondidos detrás de la esquina. Con seguridad, le habrá advertido de que a estas alturas de la vida de este país no se debe confundir silencio con modorra, salvo, también en este caso, de que sepa -cosa improbable- que esa mayoría está llena de "compañeros" como el que arrastraban Neptuno abajo hacia las furgonetas los policías (con minúscula) cerca del Parlamento. Cosa igual de improbable aunque no imposible a medio plazo. Ya intentó que los ciudadanos se convirtieran en delatores de sus propios vecinos en el caso de que alteraran el orden nuevo que nos trajo la victoria del PP hace........ mejor no pensarlo.

De lo que no es experto, con seguridad, es de los riesgos de jugar a cocinero social sin conocer las claves de la nueva tecnología en cuanto a esos utensilios y recipientes de alto y medio riesgo. Pedro Arriola, el gurú, sabe que en la nueva sociología las ollas a presión son impredecibles en cuanto al dato final de cocción. Como sabe que, en todo caso, existe para el cocinero imprudente un peligro: que la olla a presión vieja o nueva estalle en las barbas del aprendiz de brujo. Para acompañarle en esta ardua tarea de hacerle ver lo que no comprende el presidente del Gobierno, parecía oportuno servirle unas cuantas imágenes públicas sobre la complejidad de dichos recipientes, esos que el insiste en mover, sobrecalentar y acelerar su presión, cada vez que invite a hablar a los mudos, oir a los sordos y explotar, no vaya a ser que, tan ensimismado con su éxito y el de la imagen del país, convierta La Moncloa en un zulo de imprevisto alcance.

Modelo 15 M: Olla a presión tradicional con una sola salida. Imagen

No se debe acelerar la salida de gas ni levantar la válvula antes de haber descomprimido su interior.


Modelo Ajuste Moderno: Olla a presión ultra rápida con una sola salida. Esquema interno

Usa materiales sensibles al calor, diseño innovador y contraindicaciones no bien conocidas.



Modelo Monobrazo de riesgo: Esquema de apertura y cierre

Riesgo de extenderse por todo el mercado como modelo preferido por los ciudadanos; calidad demostrada; capacidad de organización y control. 


lunes, 1 de octubre de 2012

Antes de que pase el día: ¿Por qué lo llama independencia cuando quiere decir fracaso?

Alarmados o no por el sinsentido demostrado por Artur Mas, convocando elecciones a bocajarro en mitad de una legislatura, pidiendo la independencia y dinero a España a la vez, el recorrido de esta parte de la historia de España y Catalunya acabará -esperemos- como acaban todos los malos chistes sobre catalanes: sin humor y hablando de dinero.

Esa frecuente palabra de todos estos días -responsabilidad- ha caído en desgracia, por el mal uso que de ella se hace par disimular confrontaciones a la baja o para no defender, como se debiera, el modelo que políticamente cada cual tiene de España, la configuración del Estado a partir de la Constitución vigente o el modelo que se desea, si es que se desea superar esta transición, la territorial, una vez que el PP ha volado por los aires los buenos vientos que aquella otra, la política, nos había traído hasta ahora. Por eso, hablar de responsabilidad o no sobre las decisiones de CIU/Mas no sería adecuado porque vivimos contextos descarnados de provocación, quienes los provocaron le ha quitado su valor real a la palabra, y quienes más la citan más rotos tienen los bolsillos donde se almacenaba. El pecado original de Mas es haber contado con el apoyo del partido que Gobierna España, ser presidente gracias a sus votos y, sin la menor vergoña, olvidar ese pequeño detalle para echarle a Madrid la culpa de su incapacidad. Su fracaso es, contando con ese apoyo, no haber sido capaz de hacer frente a la crisis con medidas diferentes a las de Rajoy y endilgarle a éste la resolución de su revolta independentista- Tanto daño social se suele pagar en las urnas, y la mala conciencia sobre los apoyos ya no hay quien se la cure.

Muchos años atrás algunos anunciaban que, tarde o temprano, Catalunya conseguiría por la vía de la cultura lo que en el País Vasco otros impulsaban con las armas o alentaban parapetados en el fragor de la violencia. Por suerte, los arboles de Euskadi volverán a echar hojas para quedarse. Ese soterrado "menja-menja" (versión catalana del come-come) ha ido extendiendo a espaldas de los socialistas catalanes y a espaldas de convergentes, que no hicieron ascos a servir de mulos de carga para llevar los votos nacionalistas crecidos en la urna de Esquerra Republicana hasta la casa común del seny catalán que controla, administra económica y ordena políticamente a Convergencia.

El discípulo avejentado ya de Jordi Pujol, Artur Más, ha lanzado su pirueta en tres tiempos: Nacionalismo ante todo; independencia si mantengo todo el poder en CIU y los votos de ERC; y dinero de España como punto de negociación antes y después de cualquier otra aventura. Y ahí acabará la historia, que contentará a todos sus públicos de interés: la izquierda nacionalista, que seguirá ensoñando; la derecha económica que rige Catalunya, y el propio Artur Mas. Una senyera tamaño plaza de Colón hubiera sido el fondo perfecto para esa foto en la puerta de la Generalitat, con un Más henchido y sonriente y un Pujol cabizbajo como un Sancho cualquiera mientras su delfín, ahora señor, se lanza contra los molinos de viento.

Después de esa foto, todos han dado un paso el frente para sacar de entre las hojas ese melón que nadie rozaba: federalismo. Desde aquel debate cerrado en falso por el Tribunal Constitucional sobre el estatut catalán, nadie creía oportuno volver a correr el velo del altar donde reposan las reliquias de ese problema no abordado, el territorial, que recorre nuestra historia desde hace siglos. El sinsentido es apartar la cortina ahora, intentar conjugar federalismo, independencia, Catalunya, Euskadi y, para algunos no, Galicia en plena fase electoral, porque a Mas y otros que mandan más que él no le salieran las cuentas con o sin España. La irresponsabilidad será acudir a este falso e interesado debate de ahora por Catalunya sin tener una hoja de ruta particular, de partido, o de país que sea algo más que un trazo en la arena.

La Diada del 11S fue una hermosa jornada llena de poesía, con la que digerimos a veces tan mala prosa. Desde aquel día, la historia ha traído poco sexo y poco dinero. Esperar y ver.