miércoles, 17 de octubre de 2012

Antes de que pase el día: Dios, los jóvenes y el funeral

Parece cantado que los sindicatos anunciarán en breves horas y en Bruselas la convocatoria de una huelga general para el próximo día 14 de noviembre (¿te suena esa fecha?. Los motivos son conocidos y no haría falta reiterarlos si no fuese porque, como indica Viçens Navarro,  estamos haciendo trampas contra nosotros mismos al pensar que la crisis es la causante de los recortes y que con los recortes saldremos de la crisis. Los recortes son el nombre engañoso, la venda  que hemos puesto a esta hemorragia social que el PP está provocando antes de ser gobierno y que ensayó en las comunidades donde ya gobernaba cuando vio aproximarse los clarines de la victoria frente a un ejercito, el socialista, derrotado a si mismo y antes de tiempo. No hay recortes, sino cambio de modelo y lo que denominamos recorte es el caldo sobrante en la cazuela donde el PP hierve los nuevos colores para España.

Foto Jorge Paris
Contra los recortes se anuncia la huelga general del 14 de noviembre convocada ya en Portugal y que arrastrará al resto de las fuerzas sociales europeas  y que probablemente tendrá el mismo seguimiento que las anteriores. Porque el miedo ya ha calado y ni tan siquiera hay miedo al porvenir, sino resignación al estado permanente de temor. Lo hemos convertido en parte de nuestra cultura y la visión crítica sobre la marcha de nuestra economía es en Galicia, Euskadi o Catalunya, más allá del slogan electoral, el mismo diagnóstico y prescripción médica que el PP y el capital europeo demanda, sin rubor.

Contra esos mismos recortes se manifiestan hoy ya padres e hijos estudiantes, universitarios o no, bomberos, médicos....... y la imagen final ha pasado a ser la del entierro de la sardina: Se acabó la fiesta, incluido el final que nos trae el nuevo Código Penal sobre la fiesta de libertad que vivíamos antes de esta crisis, porque la nueva mano de pintura para España es de obligado cumplimiento y obligado silencio, como en los tiempos que creíamos pasados. El catafalco en el centro de la plaza, los estudiantes simulando cadáveres llevados a hombros, el luto como cierre de la manifestación y los oscuros policías protegiendo la sede de los bancos son la fotografía de esa nueva España, no hay que llegar al fondo de los bidones de basura.

17.800.000 pobres en España es la noticia de acompañamiento, un millón de pobres más al año es la consecuencia de una vieja crisis que habrá que sobrellevar. ¿Cómo? Recristianizando a los jóvenes, los que lucen luto por la enseñanza pública, los padres por la Universidad que conocieron y los empleados públicos por la sanidad que aún cuidan a contraorden. Para la Conferencia Episcopal la actual crisis, esa cifra de jóvenes parados con parados en casa tiene su causa original en la falta de fe en Dios, en la pérdida de los valores cristianos, en lo que llaman la "descreencia". Esta parte de la foto es la más amarga, porque su soflama hace arder por el centro de la imagen cualquier atisbo de solución si no hay conciencia de las razones reales de la crisis. Llaman Dios y saben que ese no es el referente; llaman crisis a lo que no se atreven a denominar estafa; reclaman fe desde donde peor huelen las conciencias.

La huelga del 14-N llegará jalonada de nuevas convocatorias de repulsa contra las instituciones emparedadas, la política vana o la oposición autista. Pero hasta ese día sería conveniente ir pensando cómo hacer frente al derrumbe del modelo, tener la seguridad de que Dios rondaba los despachos que generaron la crisis y los de quienes, a falta de ideas, esconden la realidad de la crisis, añaden su color preferido a la pintura y cambian el argumento invocando la estupidez

Con seguridad, Dios no estará entre los jóvenes en los funerales de antes del 14-N y con quienes sigan esa huelga general del 14-N que viene. No estará allí ni se le espera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario