Todavía me siguen diciendo amigos comunes que Íñigo Lamarka, el
Ararteko, se ha marcado una larga relación de titulares de los que cuesta
escucharle con igual claridad a través de sus resoluciones como defensor del
Pueblo de Euskadi. Creo que siempre ha opinado igual y, escuchándolo en la
entrevista, porque vuelve dos y tres veces sobre los mismos argumentos,
descubrí mensajes parecidos a los de otras veces y charlas más privadas.
Es
cierto que al rescatar esos mensajes del lenguaje más técnico que suele
utilizar y le gusta, las ideas adquieren otra fuerza nueva para los demás.
aunque para el sean una continuidad de sus pensamientos más viejos. No suele
apegarse a la realidad para opinar porque el es más de reflexionar desde el
juicio sobre el fondo de los hechos y tal vez por eso sus declaraciones
públicas parecen, más que prudentes, algo tibias. No lo es. Por eso me decían
los conocidos comunes que eran llamativos sus posicionamiento a a la vez tan
claros y tantos en una sola entrevista.
Lamarka va seguro sobre los conceptos más jurídicos y siempre le
cuesta más dar en público opiniones menos de oficio, en el mejor sentido de la
palabra, su oficio como Defensor. La entrevista en Zoom News duró cuatro horas
y me sobraron tres folios enteros que no cupieron. Lástima porque hablaban de
la sociedad que va al Ararteko en Euskadi y su relación con los gobiernos, el
de ahora y el de antes.
No volverá a repetir como Ararteko, dice de entrada. Me da que
anda algo saturado, pero con eso tengo la misma sensación que cuando Gesto por
la Paz anuncio su disolución. No son esos los silencios que esperábamos. A lo
mejor recuperar la palabra de los demás y las nuevas es importante. Pero, a
veces, hay voces conocidas que dejan vacíos.
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