Esta entrevista ha sido publicada parcialmente en el diario digital Zoom News el dia 18 de octubre de 2013. Esta es la conversación completa mantenida con Patzi Zabaleta, lider de Aralar y parlamentario navarro.
Wikipedia ya ha perdido el hilo de las desavenencias de Patxi Zabaleta allí donde esté siempre, pero él cree que falta perspectiva sobre todo lo que el mundo se mueve en su Euskal Herria. No le importó despegarse de quienes guardaban silencio ante la lucha armada e impulsó la creación de Aralar para defender esa izquierda abertzale agrupada en la que él cree y que no ve bajo el paraguas de Sortu, sobre los que hila fino. Acusa a la Geroa Bai de Uxue Barkos de ser el caballo de Troya del PNV, su franquicia, y afirma que Navarra ha sido siempre la trinchera de la corrupción estatal, con unos y con otros. Cree que las decisiones unilaterales de ETA hacia el final tienen más valor que la negociación con el Gobierno de Madrid y afirma que la paz ya está instalada al 90% o más.
Estar metido en veinte jardines a la vez forma parte de su personalidad, pero también de su historia. Patxi Zabaleta (Leitza, Navarra, 1947) es el referente de la izquierda en navarra, de la oposición a ETA desde la izquierda y quien mejor suele predecir (desde las sensaciones, dice) los pasos de la banda armada. Estuvo en la formación de Herri Batasuna, se desmarcó de ellos para condenar la lucha armada de ETA y nació Aralar; se asoció con los independientes navarros para crear Nafarroa Bai, se separaron; fue a las elecciones vascas con EH Bildu y volverá a hacerlo con ellos cuando Yolanda Barcina decida convocar los comicios navarros; vio cómo tres de sus parlamentarios vascos disidentes salían por querer participar en la Ponencia de Paz y Convivencia… Le parece lógico que toda esa carrera finalice formando piña con una fuerza de izquierda abertzale mayoritaria en Euskal Herria pero la Aralar navarra vive duras tensiones por las condiciones de esa relación de futuro con EH Bildu. Su bola de cristal es la observación, según dice, pero se anticipa a los demás pidiendo el final de ETA, el desarme y anunciando que la banda volverá a dar pasos unilateral, pese a lo que denomina como “la crueldad” del Gobierno de Rajoy.
LA IZQUIERDA
ABERTZALE
¿El
final de ETA traerá consigo una izquierda abertzale agrupada?
Eso buscamos en Aralar. El espacio
político de lo que denominamos izquierda abertzale es un espacio plural,
diverso, pero es un solo espacio. Es importante repetir esa constatación a
menudo, su diversidad, porque si no se respeta provocará la jibarización del espacio, y en el mundo
moderno todos los partidos que se presentan a la sociedad, incluidos
socialistas y socialdemócratas, son expresión de una diversidad con unos comunes
denominadores. Ese es el porvenir de la política.
En el ámbito abertzale pienso que el
nacionalismo no es una ideología, lo hay de izquierdas y de derechas. Se da la
circunstancia de que hoy en Navarra el espacio del centro derecha no está
ocupado por el PNV, sino por UPN, pero existe esa pugna y el PNV, a través de
Geroa Bai, pretende entrar en Navarra, lo cual es completamente legítimo. Pero la
izquierda abertzale tiene que configurarse como una izquierda plural llamada a
ser una de las grandes fuerzas de Navarra, como en este momento ya lo es.
¿A base de coaliciones
o con una organización única?
En principio de coaliciones. Yo participé en la creación de
Herri Batasuna, que comenzó siendo una coalición y después paso a ser una
organización unitaria, con todos sus problemas.
¿Bajo el paraguas de
Sortu?
Creo que no. Sortu es un partido que, como nosotros mismos,
tendrá que evolucionar y hay sectores importantes de la izquierda abertzale que
aún no han sido atraídos a esta coalición y que están ahí fuera, por la derecha
y por la izquierda. Pero también existen algunas tentaciones que en su día
fueron una lacra, como el vanguardismo que defendía ETA poli-mili (prioridad de
lo militar sobre cualquier decisión política), hoy fuera de la realidad.
Mirando un
poco hacia el futuro, tendrá que existir un reconocimiento de la pluralidad y
en esa vertebración de la fuerza de la izquierda abertzale los comunes
denominadores tienen que ser los principios, los valores de una izquierda
plural, pero de izquierda. Y si eso es así, se repetirá la historia de la
formación de Herri Batasuna y, en ese sentido, se irá consolidando una fuerza
que represente a ese sector de la sociedad abertzale y de izquierdas que sociológicamente es
mayoritario, aunque políticamente no lo sea.
¿Ese futuro de la izquierda abertzale no pasa por el
fin de ETA?
La izquierda
abertzale del futuro se va a parecer mucho a lo que hemos defendido en Aralar,
ideológicamente hablando. Y, lo más importante, lo que está permitiendo que
estemos dando estos pasos, con todas sus dificultades y contradicciones, es el
hecho de que se produjo hace dos años el cese definitivo en el uso de la
violencia. Había que quemar naves y arriesgar todo para ese objetivo. Y eso
hemos hecho.
Ese es el
punto crucial. Aún faltan temas que resolver, si,
como el desarme, pero son temas secundarios. El PNV comete un grave error al
querer sustantivar esos temas como si fuesen los trascendentales. Lo
trascendental era el cese definitivo en el uso de la violencia para siempre.
Esas otras cuestiones son importantes y hay que arreglarlas, como el tema de la
política penitenciaria y la derogación de las medidas especiales; es decir, lo
que ya está recogido en el Acuerdo de Guernica, que supuso un cambio
trascendental en la vida política.
¿Y el futuro de Aralar? ¿Acabará, como dicen, en las
garras de EH Bildu?
Las
condiciones políticas han cambiado y seguirán cambiando y hemos hecho nuestra
aportación a la creación de ese futuro, que va a ser un futuro en paz,
reconociendo el principio de la pluralidad social muy ampliamente. No tenemos
miedo a ser tragados cuando la realidad que se está construyendo está muy en
sintonía con lo que nosotros hemos defendido
EL FIN DE ETA
¿ETA sigue al mismo camino que los poli-milis hace
décadas, pero muchos años después y con más de 800 muertos en la espalda?
Creo que no.
Los miembros de ETA político militar escenificaron un final completamente
diferente. La palabra más importante del Acuerdo de Gernika, para mi, es la de unilateralidad y ese concepto significa
una decisión política sin contraprestación. Pero también quiere decir que si
ETA comenzó por motivos políticos, tiene que acabar también por motivos
políticos
El propio
Otegui ha dicho que había que desterrar el concepto político-militar, y eso es
lo que se está haciendo. Son dos finales diferentes, aunque he dicho varias
veces que la paz siempre llega demasiado tarde porque deja en el camino muchas
cosas, y esa verdad es aplicable a todas las ETAs.
¿Continuará ETA esa línea de decisión unilateral?
Sin ninguna duda y, entre otras
razones, gracias a la ineptitud y la crueldad del Gobierno central. Si el
Estado no quiere dialogar, y deberá dar sus pasos, ETA los tiene que dar a
cambio de nada, unilateralmente. Uno de ellos es el desarme, que espero que se
produzca pronto. Tengo esa sensación de que será así, pero ninguna prueba para
afirmarlo. De esa manera no estaremos condicionados en el futuro para renunciar
a nada. Iría en contra nuestra que el Gobierno de Madrid quisiera dialogar,
aunque el diálogo siempre se debe exigir.
¿Todo lo que falta es tan simple como que ETA se
disuelva e interior solucione la cuestión de los presos?
ETA no se debiera
disolver mientras quede un solo preso. ETA tiene que desarmarse y convertirse
en una entidad civil que asuma las responsabilidades de su historia. Con la
disolución ¿en manos de quién quedan esas responsabilidades?. ¿Cómo si no se
autentifica la disolución?. Si deja de existir no hay nada que autentificar.
La conversión
de ETA en una organización civil originaría una posible interlocución en algún
momento para lo que fuera necesario y, si no, esa interlocución no va a
existir. El IRA no se ha disuelto y eso que tenía nombre de ejército.
En cualquier
caso, la disolución no ofrecería ninguna ventaja y generaría una situación
surrealista: personas encarceladas por pertenecer a una entidad que no existe.
¿Es un riesgo que se llegara a instalar la paz sin
haber cerrado el proceso?
La paz está
implantada en más de un 90 por 100 y la sociedad tiene ya la sensación de que
está en paz. Acelerar cualquier decisión a este respecto no tiene mayor
justificación que las prisas de algunos, salvo cuando afecta a derechos humanos
y personales, como los de los presos, los escapados o las víctimas en el
sentido verdadero de la palabra víctima, no en el de grupúsculo de extrema
derecha, que es lo que hacen algunas asociaciones.
EL PERDÓN
¿Cree que es imprescindible el perdón?
El perdón es
una cuestión subjetiva. Cuando se da debe ser bienvenido, pero no se debe
establecer como requisito legal y jurídico. También el arrepentimiento es un
concepto subjetivo; cabe en la ética, en la religión, en la moral individual,
forma parte de la autocrítica, pero todas esas cuestiones ni se escriben ni se
pueden escribir en el Código Penal porque si comparamos con otros hechos del
código Penal en cuanto al perdón o el arrepentimiento, nos encontraríamos con
que una actitud personal y subjetiva trasciende a las normas penales. No tiene
sentido. Cuando se produce hay que tomarlo en consideración, pero no como
requisito de nada, porque lo harían todos y dejaría de tener valor.
¿Confía en que algún día todas las víctimas tengan la
misma consideración?
El esfuerzo tiene
que ir en ese sentido. El ejemplo de la guerra del 36, que aún colea, es un ejemplo
de tragedia de tales dimensiones que sólo eso ya debería valer para trabajar en
este sentido. Tomás Caballero es víctima y Germán Rodríguez también, y eso ha
calado profundamente en la sociedad, aunque las “jefaturas” políticas no lo admiten,
pero la sociedad si.
NAVARRA
¿Van a repetir en Navarra la alianza electoral con EH
Bildu que aplicaron en Euskadi?
La previsión
es que en Navarra habrá una izquierda y una derecha abertzale y aunque en
ocasiones esa derecha está disfrazándose patéticamente de izquierda. Geroa Bai,
como franquicia del PNV, va a ser el germen de una derecha nacionalista en
Navarra y eso es positivo. Y enfrente tiene que haber una izquierda más o menos
amplia pero plural y ese debe ser el futuro de la izquierda abertzale.
En el reciente debate del estado de la Comunidad de
Navarra usted fue el único que le habló de corrupción a Yolanda Barcina.
Me dolió
quedarme solo. El tema de la corrupción en Navarra es endémico, permanente y
brutal en el condicionamiento de toda la modernización económica y social de
esta Comunidad. La corrupción estatal siempre ha tenido una trinchera en Navarra,
además de las específicas de aquí.
El archivo de la causa
de las “dietas de Caja Navarra” es el final del caso general sobre la Caja?
Le ha dado un
golpe muy grande al caso, que era mucho más que lo referente a las dietas. El
caso es un ejemplo de cómo la corrupción estaba instalada en la gestión. Hasta
el Tribunal Supremo hablaba de la actuación de personas
públicas como si fuesen privadas. Eran temas muy claros a mi juicio,
pero la Justicia ha dejado mucho que desear, una vez más.
PAIS VASCO
¿El PSE-EE le debía algo al PNV como para
garantizarle la legislatura?
Lo ha hecho por su propia
conveniencia. El Partido Socialista se encontraba fuera de los cargos
institucionales y en una situación muy incómoda y, para hacerse valer como fuerza
importante, le ha venido bien el Pacto. Pero eso tiene sus pasivos. El PSE-EE
le ha regalado al PNV más de lo que ha recibido.
¿Ese pacto ha descolocado a la izquierda abertzale en
el País Vasco?
El pacto ha
convertido a EH Bildu en la alternativa y es una situación muy importante y
cómoda y de gran futuro. Es una gran baza para EH Bildu, aunque no podrá formar
parte de esos pactos. Urkullu es un rehén de lo que haga el PP como, en su
época, de lo que hacía Zapatero. También al PP, pese a su bajón en las
elecciones, le viene bien estar codo con codo con el PNV y el PSE-EE.
Pero el pacto
no es sobre fiscalidad, porque los temas fiscales esenciales, como el impuesto
de patrimonio, no se tocan. La fiscalidad es la escusa para llegar a acuerdos y
todos ellos se han unido porque les beneficia de alguna manera. Para EH Bildu el
pacto tiene algunos pasivos, pero muchos más activos.
¿Será viable ese cambio de la “arquitectura del
entramado institucional” de Euskadi que defendía Patxi López?
La Ley de
Territorios Históricos es retrógrada, está anticuada y, además, adolece de
muchos defectos. Siempre le ha venido bien al PNV, pero incluso el PNV tiene
que irse alejando ya de ese marco. El planteamiento ya lo hizo Eusko
Alkartasuna (EA, hoy en alianza con EH Bildu) y fue el origen de su ruptura con
el PNV. No es sostenible un entramado administrativo tan repetitivo como es el
de la CAV. Hay que “adelgazar” esa estructura para dejar espacio a temas y
servicios comunes ahora triplicados. La Ley de Territorios Históricos fue un
retroceso desde el principio y ahora ese retroceso es cada vez más grave. Las
Diputaciones tenían la legitimidad histórica e institucional, pero es evidente
que debe que ser sustituida por la del Gobierno vasco, que tiene que coger
competencias mayores. El “concierto” es un ejemplo de qué hacer, porque antes
lo firmaban individualmente las Diputaciones.
PERFIL
Patxi Zabaleta, (abogado, Leitza, Navarra, 1947) es a la izquierda abertzale como el aceite a las salsas, un ingrediente imprescindible y esa habilidad no deja de ser un misterio porque su presencia suele tener el efecto de la guindilla. La participación como secretario general de HASI de Navarra en la creación de Herri Batasuna a finales de los 70 le llevó a ser miembro de la dirección, la llamada Mesa Nacional de HB, hasta 1982, y entre 1987 y 1996, pero el “crítico” de HB ya había dejado clara su postura en contra de la lucha armada de ETA, a favor de una estrategia política no supeditada al dictamen de la banda y de que los cargos electos de HB estuvieran presentes en las instituciones; una ausencia que permitió elegir a Miguel Sanz como presidente del Gobierno de Navarra al no asistir los parlamentarios de HB.El asesinato de Miguel Angel Blanco provocó una resonada condena por parte de Zabaleta, saliéndose así del criterio oficial de su organización, aunque siguió siendo su cabeza en Navarra. Ha encontrado un hilo conductor en su vida política, la pluralidad y la reflexión, como bien puso de relieve en el reciente debate del estado de la Comunidad foral de Navarra. Pero sus adversarios le acusan de inflexibilidad como dirigente. La historia más reciente de Zabaleta viene jalonada, tanto en Euskadi como en Navarra, de desencuentros, bajas y rupturas, sea con los miembros de Aralar en el Grupo Parlamentario de EH Bildu en el parlamento de Vitoria y a cuento de la Ponencia de Paz y Convivencia; sea con motivo de las desavenencias con los independientes de Nafarroa Bai que, enfrentados a Zabaleta, crearon Geroa Bai y le disputan ese espacio de la izquierda navarra con Uxue Barkos como líder más emblemática.
Cuestión aparte son sus frías relaciones, no confesadas, con Sortu. Zabaleta impulsó la separación de Aralar de HB cuando esta se convirtió en Batasuna, hoy Sortu, por lo que le llovieron todo tipo de críticas y acusaciones. Prudente respecto al papel de los exbatasunos en el futuro, se puede entender que el escenario que él prevé a medio plazo es el de dos organizaciones diferentes, EH Bildu y Sortu, eso que él llama “una izquierda plural”, en la Euskal Herria común.
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