Esta entrevista con Paul Rios, coordinador de Lokarri, tuvo lugar en la sede de ese movimiento social en los mismos días en que se cerraba el plazo para que partidos políticos y organizaciones sociales hicieran sus aportaciones al Plan de Paz y Convivencia que el lehendakari Urkullu presentó en el Parlamento vasco. Una parte de la conversación fue publicada el día 28 de septiembre de 2013 en el diario digital "Zoom News". Esta es la primera parte de dicha entrevista
Al PNV le
ha venido bien que el PSE-EE se desmarque de la Ponencia de Paz y Convivencia
del Parlamento Vasco. Y también al movimiento ciudadano por el proceso de paz
Lokarri (antes Elkarri). Desde ambos lados avanza el Plan de Paz de Urkullu y
va recogiendo apoyos, incluso de Lokarri, que trajo a Euskadi a los mediadores
internacionales y ha sentado las bases para el final de ETA. La sociedad vasca
está pasando hoja y Paul Rios, coordinador de Lokarri, cree que el desarme de
la banda puede llegar antes de las elecciones de 2015.
El
lehendakari Urkullu recogió el guante que su antecesor, Patxi López, le había
dejado en la mesa en forma de Ponencia parlamentaria sobre Paz y Convivencia,
pero quiso marcar su impronta en esa vuelta al poder y avanzó un Plan con el
mismo nombre, Paz y Convivencia, sin esperar a que la Ponencia elaborase el
suyo como era de esperar. El lehendakari quiso abordar por dos caminos
diferentes, el Parlamentario y el de la sociedad en general, las posibilidades
de establecer consensos sobre la paz y principios para el día después.
Lo cierto
es que la paz se ha instalado en Euskadi
por delante de la capacidad de reacción de los partidos políticos y ya se vive
una primera consecuencia: la Ponencia parlamentaria ha quedado dormida por la
variable estrategia de quienes fueron sus impulsores, el PSE-EE, mientras EH
Bildu y sus seguidores no cambien de actitud en la calle y en sus
declaraciones, además de que el PP, tras la marcha de Basagoiti, también haya
dado marcha atrás.
Curiosamente,
quienes comandan ahora ese barco varado son el PNV, que se sumó a la ponencia
siguiendo la estela de la iniciativa socialista, y EH Bildu, que votaron en
contra.
En
público, el PNV cuenta su malestar por el abandono socialista, porque en su
visión del final de ETA entiende que el Parlamento debe jugar un papel esencial
como punto de encuentro para un consenso que aún parece lejano. Pero también
porque el Parlamento tendrá que ser, de una u otra forma, con Ponencia o con el
Plan de Urkullu, donde cristalicen las iniciativas sociales que se han puesto
en marcha con ese objetivo. Eso mismo opina Paul Rios, coordinador de LOKARRI
(“lo que sirve para unir”). Urkullu mima la prudencia de quien hizo responsable
para este cometido: Jonan Fernández, y los apoyos que Lokarri, antes Elkarri,
viene prestando a la causa; un movimiento social por el consenso y el final del
proceso de paz en el que el propio Jonan Fernández jugó un papel destacado.
Lokarri,
junto con Bake Bidea, puso en pie el denominado Foro Social y el seminario
“Diálogo y convivencia” celebrado en San Sebastian. Es a partir de esas
iniciativas cuando se comienza a hablar y toman protagonismo los denominados
“mediadores internacionales”. Con la Ponencia del Parlamento aparcada, Lokarri
y el Plan de Paz y Convivencia del gobierno del PNV han comenzado a ir de la
mano dando fuerza a ese instrumento, el Plan, que debería volver al Parlamento
con un nivel importante de consenso aunque el PP y UPD ya han manifestado su
rechazo. Esa es la segunda consecuencia, la del protagonismo del Plan del PNV.
Las
recomendaciones del Foro Social que organizó Lokarri parecen haber encontrado
eco en el Plan de Paz de Urkullu y, lo que es más trascendental, dichas
resoluciones están sirviendo como referencia a la izquierda abertzale desde
que, ya antes del verano, comenzaron a pedir abiertamente la disolución de ETA
como condición previa para poder hablar de proceso de paz alguno.
“Está faltando una cierta audacia para construir el futuro”
Paul Rios (Foto Javier Hernández / El País) |
Parece sorprendente que, después de 15 años de bronca, el pacto suscrito
entre el PNV y el PSE-EE no haya citado ni una sola vez la cuestión de la paz y
la convivencia en Euskadi.
Parece que hay menos miedo en
llegar a acuerdos sobre empleo, crisis o economía, porque todos saben de
antemano cual puede ser, más o menos, el escenario de encuentro, pero con la
paz y la convivencia hay mucho miedo a llegar a acuerdos porque no se sabe muy
bien dónde se puede llegar. Se sabe que, llegando a pequeños acuerdos en la
Ponencia parlamentaria, luego en algún momento hay que llegar a grandes
acuerdos y sobre temas que son muy delicados, como puede ser, por ejemplo, el
tema de los presos. Ese temor al tipo de acuerdos necesarios y si el electorado
de cada uno los va a respaldar, hace que algunos prefieran quedarse más cómodos
donde estaban Eso está haciendo de freno a todo lo relacionado con paz y
convivencia.
En el debate político actual hay
tres grandes ejes: autogobierno, paz y crisis. Si ya hay acuerdo en la relativo
a la crisis, en los otros dos habrá oposición y tensión política, porque cada
partido querrá marcar su terreno.
¿No está cojo el proceso sin la ponencia de Paz y Convivencia del
Parlamento?
El Foro puede ayudar a buscar
acuerdos y consensos sobre política penitenciaria, pero es en las instituciones
donde se deben materializar y consolidar, máxime cuando algunos partidos o
sectores no han querido participar en las discusiones de este Foro.
Me resultaba llamativo que, no
hace muchos meses, algunos partidos que no participaron en la Ponencia de Paz
decían que la izquierda abertzale no querían esa Ponencia y que todo el dialogo
se hiciese fuera del Parlamento y ahora la Ponencia es lo que no les gusta.
Estás provocando lo que querías evitar. Y más aún, que todo esto ocurra por una
palabra: “deslegitimación de” terrorismo o violencia. No tiene medida lo que
está sucediendo en la Ponencia del Parlamento. Confío en que esto suponga un
replanteamiento, un trabajo más discreto sobre unas mínimas bases y, cuando se
haya recuperado el diálogo, volver con los trabajos. Falta una pata fundamental
de lo que tiene que ser la convivencia.
“La realidad que vemos huele a
naftalina”
Josean Pastor (PSE-EE) afirma que la sociedad está muy por delante de
los partidos políticos respecto a la paz y los presos. Parece que ya hay una
cierta resignación sobre el pasado y nada sobre el futuro.
Es sorprendente, pero hay
encuestas que dicen que más del 70% de la sociedad considera que ha habido
cambios en las medidas sobre política penitenciaria. Esa es una mayoría social
enorme. No hay que hacer juegos malabares a la hora de buscar una solución
sobre los presos. El propio lehendakari Patxi López presentó en enero de 2012
una serie de propuestas y reflexiones sobre la paz y la convivencia y, entre
otras cuestiones, hablaba del acercamiento de presos, excarcelación de presos
incurables y poner en marcha un proceso de reintegración social. Simplemente
con eso habría mimbres para un consenso. Pero es muy diferente hacer esa
declaración convencido de lo que propones y gobernando que cuando tienes que
llegar a acuerdos con otras formaciones políticas. Creo que es ahí donde se
genera cierto temor. A mi me sorprende que, por ejemplo, en marzo de este año
se llegue a un acuerdo sobre un párrafo relativo al daño causado, la memoria y
reconocimiento de todas las víctimas, etc., y parece que a dia de hoy hasta eso
no sería ya factible.
Creo que es necesaria una
reflexión profunda sobre el método con que se ha venido trabajando en la
Ponencia, lo de ponerlo todo en los focos de los medios de comunicación; todo
muy transparente, pero no se si es un método adecuado para poder hablar.
También habría que hacer una reflexión profunda sobre la responsabilidad que
tienen ahora mismo los partidos políticos y que no están cumpliendo.
¿Vencerá la idea de la estrategia policial y penitenciaria frente a la
de negociación?
La estrategia de lo policial en el
final de ETA no arregla algunos de los problemas centrales que tenemos sobre la
convivencia. Hay quien dice que sobre la convivencia no hay que trabajar nada,
que basta con que ETA entregue las armas y la izquierda abertzale pida perdón.
Eso es un parapeto para evitar los debates que hay que hacer sobre cuestiones
de fondo. La realidad que vemos huele a naftalina. Que hagan una relación de
acuerdos y desacuerdos y trabajar sobre esas bases. Comprobaremos si el
problema es la Ponencia o la estrategia de cada uno.
Este parón actual no parece bueno.
El parón es transitorio,
indudablemente, pero el Gobierno del PP está incurriendo en una grave
irresponsabilidad, no hacia ETA, sino con la sociedad vasca. La sociedad ha
dicho con claridad que el Gobierno debe aportar, ayudarnos; y no nos está
ayudando. Está utilizando la excusa de ETA, el desarme y eso, para no afrontar
una cuestión que es importante para nosotros. Más allá de esto, también es
cierto que hay una falta de responsabilidad general; no somos conscientes de
que lo que no sepamos hacer ahora va a ser mucho más difícil poder hacerlo
después y, en el futuro, los problemas que dejes abiertos va a seguir generando
problemas. No me puedo imaginar que dentro de diez años estemos aquí hablando
de víctimas que no han sido reconocidas o que no haya cambiado en nada la
política penitenciaria o que ETA siga existiendo. Este es un escenario al que
no se debería llegar.
Está faltando una cierta audacia para construir el
futuro. Personas que conocen procesos de
pacificación coinciden en que es muy cómodo mantener lenguajes y actitudes del
pasado, lo difícil es cambiarlas, y eso es lo que está faltando.
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