Si
la crisis de Navarra fuese menor o reciente, poco importaría que la presidenta
de su Gobierno, Yolanda Barcina,
ningunee al Parlamento foral, ignore
las decisiones de la mayoría y las acuse de ilegales. Ha abierto una nueva
etapa de confrontación con todos y ha convertido la sentencia del Tribunal
Supremo sobre las dietas de la CAN
en un apoyo al descaro de lo que se ocultó. Sabe que el juego con la oposición
trae avisos de “mate” en otoño, pero no podrá llegar al “jaque”. Antes, tumbará el tablero.
Todos
tienen prisa para poner fin a la inestabilidad política que desde junio de 2011
azota Navarra. Con el “comienzo de curso”, todos han sacado del frigorífico los
mensajes que guardaron antes de las vacaciones y, como entonces, el objetivo es
común pero las estrategias para conseguirlo son diametralmente opuestas. Solo
la sentencia del Tribunal Supremo, dando un repaso a la jueza decana de
Pamplona a cuenta de las dietas de Caja Navarra, presenta un cambio de
importancia en este tablero revuelto. Toda la oposición ha planteado “jaque” a
Yolanda Barcina, algunos como puro farol, para que cambie de estrategia. Pero
no habrá “mate”.
Yolanda Barcina, presidenta del Gobierno de Navarra y UPN (Foto EFE) |
EL FIN DE
LAS DIETAS
Con su decisión de cerrar el “caso dietas de la cam”, el Tribunal puso fin al primer
acto sobre lo ocurrido en la entidad financiera, pero quedaban abiertas las
lecciones políticas de esa resolución sobre la ética de lo que habían llevado a
cabo las cabezas políticas de UPN y de la Caja en los últimos diez años. En su
retorno a este tablero de ajedrez sin final de partida en que se ha convertido
Navarra, la presidenta ya ha lanzado su mensaje particular con su particular
manera de convertir la realidad en conveniencia: la decisión del alto Tribunal
es un respaldo a la gestión realizada respecto a las dietas por los que la juez
María Paz Benito decidió imputar; no hay, a su entender, doctrina alguna ni
condena moral para el futuro sobre la forma de actuar cuando los políticos
ocupan el poder y la dirección de una entidad financiera, si es que volviera a
producirse una situación similar.
Lo cierto
es que el Tribunal Supremo, seguramente sin pretenderlo, ha conseguido – y esta
es la mayor consecuencia para el futuro- sacar ese asunto de la primera línea
del debate político, donde se había convertido en el motivo principal de
descrédito de la presidenta navarra y, en consecuencia, la petición unánime de
que convocase elecciones anticipadas, ante su minoría parlamentaria y la
censura unánime de toda la oposición, aunque la moción presentada por Bildu no
prosperase. Queda de nuevo al descubierto el dato esencial de la vida política
navarra: Yolanda Barcina no cuenta con ningún apoyo para gobernar salvo su
propio partido –y esa es otra historia-; el Parlamento, donde la oposición
había intentado levantar un castillo de legalidad y política frente al
gobierno, es insuficiente como herramienta para el acoso a Yolanda Barcina y,
finalmente, la jefa del gobierno ha convertido su autismo en estrategia
política, para desesperación de propios y ajenos. La CAN, además de una
historia negra de la vida económica y social de la Comunidad, no forma parte de
la estrategia política posible para la oposición.
UPN: RUIDOS en los postres
Como
indicaba Alberto Catalán a Zoom News antes del congreso de UPN, su misión como
presidente del Parlamento es hacer que la vida interna de la institución
funcione según sus normas y sin ruidos formales. Si en alguna ocasión se
pretendió encontrar en el presidente un apoyo en la estrategia política contra
Barcina, su mantenido silencio después del congreso regionalista le ha sacado
de esa contienda, al menos públicamente.
Como toda
UPN, sabe que la mayoría desunida que representa la oposición es la mejor tabla
para bracear sobre las olas de la crisis y que, mientras eso ocurra, UPN se mantendrá
inquieta pero pegada a su casilla del tablero. Barcina, desde el mismo
congreso, no es líder en UPN pero será intocable a medio plazo desde dentro y,
a corto plazo, no hay otra mayoría interna que le haga caerse del trono. Esa es
la baza de Barcina, a pesar de los ruidos que se han escuchado en las comidas estivales, desde el
primer plato hasta los postres.
EL PARLAMENTO: LA PALANCA ROTA
La
oposición ha intentado que el Parlamento se convirtiera en el tablero de esta
partida que dura ya dos años. No se ha conseguido el triunfo que se buscaba
trasladando al Parlamento los objetivos de la batalla política entre oposición
y gobierno, pero es el único dato de normalidad de este último periodo porque,
con mayor o menos habilidad, los grupos de oposición han dado cauce
institucional a sus críticas e iniciativas y ha puesto blanco sobre negro que
nadie en esa sede apoya a la pieza de la reina blanca y que la reina es sorda
al Parlamento. De hecho, es evidente la conversión política del gobierno de
Navarra en una herramienta ilegítima desde que perdió la mayoría y, además,
antidemocrática desde el punto de vista del juego de poderes públicos.
SE BUSCA
MARCA ABERTZALE
La
izquierda abertzale es el alfil que se mueve de un lado a otro, a grandes
saltos, con la libertad que le permite su juego de dos caras, el político y el
social, y aprovechando la experiencia de tantos años de control de los
movimientos ciudadanos que el resto de la izquierda dejó a su suerte. Hoy es
Bildu, fundamentalmente, quien dirige ese juego del nacionalismo radical, pero
mañana, si es necesario –y lo será por otros motivos- se cambiará el ropaje y
pasará a ser cuerpo, que no alma, de Sortu.
Desde su
papel como portavoz de NaBai en el Parlamento foral y como dirigente también de
Aralar en Navarra y Euskadi, Patxi Zabaleta ha vuelto a recordar la fortaleza
de la movilización social contra UPN en el caso de la CAN y ha sacado cabeza
deseando el futuro cercano de la desaparición de ETA y el inmediato de la
dimisión de Yolanda Barcina. Como Bildu, con quien Zabaleta hizo alianza para
las elecciones vascas, sabe que el tiempo de espera hasta unas nuevas
elecciones autonómicas, en 2014, le permitirá contribuir a la reconstrucción de
una marca política y electoral común de toda la izquierda abertzale, con
identidad propia en lo posible para el caso de Navarra, como Zabaleta reclama a
quien le quiere escuchar.
Bildu
parece dividida en varios grupos en el Parlamento foral, pero es la segunda
fuerza en el de Euskadi, y hasta que dichas elecciones lleguen está por ver qué
influencia tiene en su futuro este cambio de época de la izquierda más radical
y abertzale y, especialmente, cómo inciden las decisiones o no de ETA sobre su
propio futuro. Hoy por hoy, esta izquierda es el mayor azote de Barcina y UPN
pero pone en evidencia su actual minoría y recuerda el recelo social sobre
ellos cada vez que acusa al PSN de ser el causante de la política enquistada de
Navarra.
El esfuerzo de Geroa Bai (antes miembros de NaBai) va
a ser doble y no menor pese al empeño de su líder más conocida, Uxue Barkos, que
hace de compás con su doble presencia en el Parlamento español y el
Ayuntamiento de Pamplona. El círculo que quiere dibujar pasa por las alianzas
con el centro izquierda, desde la fortaleza interna de los independientes
integrados en Geroa. Ese futuro como alfil en el centro-izquierda pasa
ineludiblemente por una IU estable en el panorama político navarro y el
PSN-PSOE. Esta es la fórmula más al alcance de todos, la plataforma desde la
que se quiere mover a Barcina de su casilla en el futuro de la partida.
Nada
pasará hasta esa convocatoria electoral, porque Geroa Bai quiere crecer con los
votos por encima del PSN-PSOE y de IU como marca electoral con mayor atractivo
frente a los herederos de Batasuna. Juega a ser el epicentro de esa nueva
mayoría y que UPN siga con su actual debilidad parlamentaria, si no mayor.
Geroa Bai sabe, no obstante, que, salvo sorpresas, esa mayoría social
alternativa necesitará convertirse en mayoría parlamentaria con el apoyo de
Bildu, mañana Sortu, y la NaBai de Zabaleta, cualquiera que sea el resultado en
el lado de la izquierda.
PSN-PSOE:
NO habrá SORPRESAS
Hasta
ahora la gran incógnita era la decisión que tomase el PSN-PSOE, quien vive aún con
el reproche de haber sido expulsado por UPN del Gobierno. Si como dice su
secretario general, Roberto Jiménez, fue un error entrar en ese Gobierno, más
de un año después se ve abocado a asumir una realidad que no le gusta, en la
que necesita mantener la imagen de equilibrio y bisagra para sortear su
capacidad para tomar decisiones autónomas el marco político general del PSOE. Si
el PSN-PSOE no cambia su estrategia, se convertirá en el don Tancredo de las
charlotadas: Inmóvil, rodeado por un toro en movimiento que el graderío aplaude
y que no premia la inmovilidad del sujeto, porque el tendido está acostumbrado
a ver en la arena el juego de luces del valor y la prudencia.
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