martes, 27 de agosto de 2013

El increíble "SOS" gallego de Núñez Feijóo

Núñez Feijóo, el presidente de la Xunta de Galicia y líder del PP en esa Comunidad, ha convocado a los tres presidentes autonómicos anteriores (Fernández AlborGonzález Laxe y Pérez Touriño) para verse en este mes de septiembre y hablar de crisis. "Nadie puede quedarse en casa en estos momentos", dijo al anunciar la convocatoria en ese mini-cónclave gallego. Un órdago al que los expresidentes han contestado "sí" a sabiendas de que es un SOS en toda regla, y por eso van a acudir, pero que no podrá tener respuesta sólo en el ámbito de la Comunidad autónoma.
Desde el primer mandato del presidente Núñez Feijóo hasta hoy no han sido pocas las ocasiones en que hubiera tenido sentido convocar un cónclave de esa índole: todos los expresidentes vivos de Galicia reunidos en torno a la problemática que las crisis, esta u otras anteriores, generan. No es por echar miradas torcidas sobre coches pasados, pero Feijóo puede considerarse el presidente de la Xunta que menos respaldo ha concitado por su propia forma de entender la política. Pretendiendo ser la alternativa a una etapa histórica de Galicia y, afortunadamente superada, la del brasero del presidenteManuel Fraga, el actual presidente debió pensar que lo de gobernar es un paseo triunfal sobre las cabezas sumisas de Galicia, una vez colocados institucionalmente quienes podrían alterarle el día a día durante su gobernanza.
Entender que el papel de la oposición es una hoja escrita con valor para cuando se pueda llegar a gobernar, es un error de gran calibre porque las mandíbulas de cristal de unos cuando gobiernan serán las de otros cuando les sucedan, especialmente allí donde PP y PSdG tienen más fácil la posibilidad de ser los partidos de la alternancia.
Núñez Feijoo, el presidente de la Xunta de Galicia y líder del PP en esa Comunidad, ha convocado a los tres presidentes autonómicos anteriores (Fernández Albor, González Laxe y Pérez Touriño) para verse en este mes de septiembre y hablar de crisis. "Nadie puede quedarse en casa en estos momentos", dijo al anunciar la convocatoria en ese mini-cónclave gallego. Un órdago al que los expresidentes han contestado "sí" a sabiendas de que es un SOS en toda regla, y por eso van a acudir, pero que no podrá tener respuesta sólo en el ámbito de la Comunidad autónoma.

Desde el primer mandato del presidente Núñez Feijóo hasta hoy no han sido pocas las ocasiones en que hubiera tenido sentido convocar un cónclave de esa índole: todos los expresidentes vivos de Galicia reunidos en torno a la problemática que las crisis, esta u otras anteriores, generan. No es por echar miradas torcidas sobre coches pasados, pero Feijóo puede considerarse el presidente de la Xunta que menos respaldo ha concitado por su propia forma de entender la política. Pretendiendo ser la alternativa a una etapa histórica de Galicia y, afortunadamente superada, la del brasero del presidenteManuel Fraga, el actual presidente debió pensar que lo de gobernar es un paseo triunfal sobre las cabezas sumisas de Galicia, una vez colocados institucionalmente quienes podrían alterarle el día a día durante su gobernanza.
Entender que el papel de la oposición es una hoja escrita con valor para cuando se pueda llegar a gobernar, es un error de gran calibre porque las mandíbulas de cristal de unos cuando gobiernan serán las de otros cuando les sucedan, especialmente allí donde PP y PSdG tienen más fácil la posibilidad de ser los partidos de la alternancia.
(...)

Leer más en http://www.zoomnews.es/97687/actualidad/espana/sos-gallego-nunez-feijoo


Artículo publicado en http://www.zoomnews.es/      27 de agosto de 2013





domingo, 25 de agosto de 2013

El otoño del zaguero socialista

El delantero está condenado a ser protagonista primero en el juego de pelota en pareja y en política también. El delantero decide cómo y hacia donde sale la pelota, la ve venir de vuelta y escucha a la grada. Marca el estilo de juego y, si puede, de partido. Establece si ese punto se va a jugar en corto o por alto. Pero, en todo caso, el delantero es quien tiene la posibilidad de mover la pelota a su antojo y conveniencia y enseñarnos el arte de la filigrana de cintura. El PSE-EE no lo tiene fácil para hacerse notar en su papel de zaguero con el PNV.
Jugados ya todos los grandes campeonatos de pelota, hasta mediados de septiembre todo será torneos. Pasa en cualquier deporte y la política no lo es menos. Septiembre es la cita marcada por el Gobierno del PNV para las grandes cuestiones y para entonces ya habrán pasado nueve meses desde la designación de Iñigo Urkullu como lehendakari.

También es el tiempo que los socialistas han marcado con pintura brillante en lo que ya fijaron posición, como su permanencia o no en la Comisión por la Paz y la Convivencia que, de momento, sólo sostiene claramente el PNV y su secretario general, Jonan Fernández. Y subrayaron, más tímidamente, una línea de discusión común, la que Patxi López abrió con clarines y trompetas para construir un nuevo marco institucional en Euskadi que contribuyese a una mayor coordinación de las Diputaciones forales con el Gobierno y con el Parlamento en materia fiscal. Tímidamente remarcada porque, pese a institucionalizar los encuentros en cinco fotos de trabajo y capítulos diferentes, a esa estrategia socialista le espera un duro otoño: La dificultad de embridar políticas fiscales sensiblemente diferentes y la discusión de unos presupuestos generales que serán nuevos, los primeros nacionalistas de la nueva etapa y nuevos respecto de este camino siempre imprevisible que el PNV viene recorriendo con sus cuentas y las de Euskadi durante 2013.
(Leer completo en 
http://www.zoomnews.es/94774/actualidad/espana/patxi-lopez-busca-acuerdo-fiscal-urkullu-evitar-frio-oposicion)



Artículo publicado en http://www.zoomnews.es/          25 de agosto de 2013

miércoles, 21 de agosto de 2013

Hablando de Mario Onaindia con un gintonic en la mano *

Te das cuenta a veces de que, por mucho que quieras, no consigues saber cuanto necesitas, todo lo que los demás ya saben, para poder convivir con ellos como uno más. No por eso lo que sientes y piensas vale menos, pero crees estar compartiendo el significado de los días o los lugares y no; los demás conocen el entorno y el contexto y para ellos es un dato sin más cuando para ti ese dato es la clave de tantas cosas.
He estado aguardando hasta hoy para contarlo porque esa fecha si la controlo. Hace meses que venía siguiendo a Gaizka Fernández Soldevilla en las vísperas y en las presentaciones sucesivas de su libro “Héroes, heterodoxos y traidores. Historia de Euskadiko Ezkerra (1974-1994)”. También se podría haber titulado “La izquierda vasquista, de ETA al PSE-PSOE” o, como recordaba aquel reportaje, “Diez años sin Mario Onaindia”, los que ahora se cumplen, este mes de agosto de 2013. A Gaizka, cada vez que le he visto presentar su obra, le abruma tanto la cantidad de historia que se acumula en su cabeza como el reparo de resumir en 10 minutos cuanto hay escrito o investigado. También a Gaizka se le salta a la cara esa ternura del escritor cada vez que presenta un libro, como si fuese el primero siempre, y la del autor que ha enzarzado su búsqueda con sus sentimientos personales.
Esa tarde en Zarautz bajamos al sótano de aquel bar y cambió el escenario a sala de exposición, todo blanco, para volver a escuchar, por segunda vez en ese caso, cómo fueron los héroes de aquella aventura incierta llamada Euskadiko Ezquerra, por qué fueron heterodoxos cuando la violencia cegaba la idea y la política era fuego. Y por qué lo de traidores. Es difícil declarar un día que ya no somos presos de nuestra propia vida y que renunciar a ella es el heroísmo mayor, que incluso nuestros errores contribuyeron a llegar a aquí y que ahora podemos empezar a mirar hacia atrás reconociéndonos en lo que fuimos.
En aquel sótano-sala de exposición no dejaba de intimidarme la seriedad uniforme de cuantos habíamos acudido allí, al bar “Zazpi” (Siete), con un gintonic en la mano, un rato de espera ansiosa y la sonrisa constante de Esozi Leturiondo. Nadie pestañeaba cuando se oía decir que no ha habido un nacionalismo heterodoxo después de ETA poli-mili, que ”la VI” ni se acordó de las víctimas o que Euskadiko Ezkerra no se ha jubilado, sólo se ha ido desgranando en pequeñas utopías de aquella utopía mayor. Los “euskadikos”, decían, son héroes pequeños, no grandes patriotas y si aquella transición se hubiera hecho bien viviríamos mejor. Aquel fin extraño de Euskadiko Ezquerra en el seno del PSE fue, decían, el preludio de la ruptura posterior que tomó nombre de Lizarra.
Se hablaba de esas nanas para dormir niños que hablaban de la vuelta de un padre preso por “vuestro futuro” y se afirmaba que lo más reciente de Aiete es “la visión rosa de la violencia”. No se cree que nadie en Bildu esté aún inmerso en su propia transición democrática, sino ejercitándose para asumir la herencia. “Todo menos adjurar de su pasado”, decían que decía Pernando Barrena. En ese encuentro con la historia, allí, debajo de la barra del bar “Zazpi” de Zarautz, se tenia la seguridad de que la historia no se borrará a base de vecindad y olvido
A la derecha, Esozi Leturiondo, viuda de Mario Onaindia.
A su lado, Gaizka Fernández Soldevilla, hstoriador
Tal vez hubiera sido mejor saber, antes de entrar, que aquel bar era el “zulo” antiguo del debate, la vieja sede donde se trazaba el futuro desde un presente discutible y discutido, las paredes que cobijaron las mejores y las peores decisiones de Euskadiko Ezkerra, hasta su desaparición desde el éxito moral sobre la violencia. Fue mejor así, porque, al menos, nos permitió decir que el fin de EE en el PSE no era lo que EE quería o que los vientos centralistas saltan por encima del Nervión cada madrugada.
Se entiende todo mejor cuando escuchas decir cómo los “nuevos viejos traidores”, valga la expresión, se han recogido en Bildu. Cientos de muertos y heridos para conseguir lo mismo que perseguía Euskadiko Ezquerra y la renovación estratégica del desaparecido y nunca encontrado "Pertur": Practicar en la democracia aunque sea para destruirla, propugnaba.
Esa tarde algunos aprendimos que la intuición no se equivoca siempre, que aquellos votos perdidos de hace décadas buscaban un destino común, mientras en Euskadiko Ezkerra iban aprendiendo democracia el partido y la gente.
La aprobación del Estatuto de Guernika nos pilló bajando la Rambla de Catalunya, en Barcelona y en esa tarde de Zarautz aquel gintonic aguado nos ayudó a digerir que el Tzaspi, la Fundacion Mario Onaindia y la Casa del Pueblo del PSE-EE era todo uno, a fuer de hetorodoxia.

* En este fin de agosto se cumplen diez años de la muerte de Mario Onaindía.

domingo, 18 de agosto de 2013

La serpiente de verano de ETA

La inacción de los gobiernos nunca pasa desapercibida pero, en esta ocasión, la del PNV ha sido clamorosa hasta la puerta del mes de agosto y en lo que va transcurrido de este mes. Probablemente, porque esa postergada decisión sobre el marco económico que se venía negociando con el PSE-EE ha retirado del escenario el único tema de interés real, salvo la anunciada nueva estrategia del lehendakari Urkullu sobre el modelo territorial y su relación con el Estado. Y probablemente también, porque el único tema de preocupación común, el terrorismo, ya no contaba con el mismo interés para unos y otros como pudo comprobarse al derivar el PSE-EE hasta septiembre su permanencia o no en la Ponencia parlamentaria por la Paz y la Convivencia, la que el lehendakari socialista López le pasó como testigo a su sucesor nacionalista.
Con meses de antelación, porque es en noviembre cuando se cumplen dos años sin armas, ETA ha vuelto a un escenario político seco con la fuerza que suelen tener las serpientes de verano y ha ocupado todo el espacio libre en un tiempo en el que, sin las armas en la mesa, el País Vasco y Navarra parecían distintas. En esta ocasión, la banda terrorista no ha necesitado hacer ninguna comunicado para depositar en las aceras la serpiente de su escudo, el que crease el anarquista Félix Likiniano. Le ha valido con que se comenzaran a conocer los primeros rumores en las cárceles sobre las recomendaciones hechas a modo de conclusiones por el Foro de la Paz que Lokarri puso en pie en Bilbao y Pamplona. A partir de ese momento, finalizada la primavera, la respuesta a esa voluntad de hacer de puente entre todos se ha convertido en el ruido no esperado de un debate en el que ETA ha marcado el terreno y, a posteriori, toda la izquierda abertzale han salido a decir lo contrario con buenas maneras.
(........)
Artículo publicado en http://www.zoomnews.es/         16 agosto 2013

http://www.zoomnews.es/86507/actualidad/espana/serpiente-eta-recorre-agosto?cx_source=carrusel

jueves, 8 de agosto de 2013

Don Manuel

Tenía por costumbre no dejar hablar de él fuera de la mesa, donde se encogía hasta convertirse en uno más. Apartaba las migas del mantel a un lado sin rozar aquellos puños de camisa, dobles, que alguna vez llevaron gemelos y fueron de otro: inmaculados, llenos de finos hilos blancos en el borde que contaban lavadas a cientos y lejías por litro entre unos puños de mujer para casi todos desconocida. Comía despacio, deshaciendo el pescado con las manos como si estuviese preparando los trozos de la hostia blanca para dar la comunión. Hasta eso era una parte de su hábito, de su rito colectivo, siempre con ese “todos los demás” en la boca que nunca le incluía a él por voluntad propia.
Te desengañaba todas las teorías sobre la púrpura y el boato de la iglesia que solfeábamos con la rojería a flor de piel cuando llegabas a la puerta de la casa del cura, al lado de la iglesia de los Remedios, un banco de madera, una mesa de despacho, una silla y una cama de 90 en un lugar recogido era todo, como aquellas casas de maestro de los años 50, con el brillo chillón del pino barnizado. Allí, alrededor de esa mesa, se agolpaban todas las historias silenciadas de Estepona, la suya incluida, ahora si, del sueldo que daba a una familia para que sus dos hijos estudiasen a cambio de lavarle y plancharle la ropa, y le pusieran en condiciones esas botas de media caña que alguien le regaló para invierno y verano
Ya lo conocían bien, sabía cómo era. Desde aquella noche que se enfrentó al obispo de Málaga y durante semanas  intentó hacerle la vida imposible desde la COPE por negarse a decir la misa del aniversario de la muerte de José Antonio, ya muerto Franco. Una noche entera escuchando los portazos de los coches de policía que no pudieron mostrar de otra manera su saña. Poco tiempo antes era la compañia fija de los camioneros malagueños en su huelga salvaje. Camino de la cárcel, como uno más del piquete, se alegraba de “disponer de más tiempo para leer esa nueva Biblia que me han enviado”.
Elegido el pescado de los cubos en Casa Antonio, en la playa de Sabinillas, don Manuel esperaba el plato mientras desmigaba el pan y hablaba de esa universidad que Málaga necesita para darle una salida al menos cultural a la gente del paro, el mal periódico del mar y el permanente de la tierra. No era suficiente haber creado un barrio, el barrio del Cristo, para pescadores ni rezar durante cincuenta años en aquella iglesia del alto del pueblo, rosario de geranios reventones arriba por las esquinas. Un sueldo de cura no era nada frente a esa realidad, ni la palabra de la misa el bálsamo de fierabrás debajo de ese cristo suspendido, desnudo, sobre el altar, una piedra desnuda dentro de una iglesia encalada hasta hacer daño a los ojos y sin una imagen que te distraiga de la historia principal, la de aquel colgado hacia el que don Manuel levantaba las manos pidiendo ayuda.
Con un pie en la parroquia y otro en la vida, don Manuel era el resumen de aquella ideología de la Izquierda Democrática de Ruiz Jiménez de tan poco éxito, salvo el personal, o la preocupación reciente que se veía en los ojos de Pepe Chamizo, que ya no es Defensor del Pueblo desde un cargo de esa Andalucía que por arriba viaja a la deriva y por debajo va juntando como puede los pedazos de una vida normal tan imposible. Todos ellos tuvieron o tienen ese toque pausado, ese gesto reflexivo antes de que la palabra salga. Uno, don Joaquín, quería que la iglesia, como la de la COPE DE entonces y ahora, formase parte del gobierno de la democracia diaria. Otro, don Manuel, le preocupaba el dia a día y contar con Dios aunque no con la Iglesia. Y otro, don José, Pepe, ocupó un despacho desde el que lanzar dardos a la política que no creía en dios ni la iglesia o abusaba de su nombre en vano.

Don Manuelnos guió por ese callejón del bienmesabe de Estepona y en cada puesto había un adiós, como una oración diaria en voz baja
El sol traicionero de aquella tarde te llevaba calle arriba hasta los Remedios. Doraba los rayos sobre el lomo negro de esa escultura en hierro, la de un cura negro de cara inexpresiva y sotana al viento. Sotana, ausencia, puños nuevos… A los hombres a veces nos cuesta entender las obras de otros hombres. Pero cuesta más aún entender el desconocimiento.


sábado, 3 de agosto de 2013

Navarra: Mucho más que una guerra de tronos

Lo anunciaba hace pocos días Uxue Barkos, líder de Geroa Bai, vaticinando lo que probablemente pasaría el martes 6 en el Parlamento de Navarra: El Gobierno iba a rechazar una proposición de ley que cuenta con el apoyo de todos los grupos, a excepción de UPN y PP, y que persigue blindar los puestos de trabajo en las empresas públicas navarras que serán sometidas a reestructuración en el plan de ajuste del Gobierno Barcina. Barkos no conocía aún la decisión del Tribunal Supremo de archivar la causa abierta en Pamplona por la juez Benito por el caso de las dietas de la Permanente en la CAN, pero advertía de que la estrategia del Gobierno navarro, en minoría, era la de la confrontación con la mayoría parlamentaria, como así se pudo comprobar.
Uxúe Barkos, lider de Geroa Bai (Navarra)
Le preocupaba que esta especie de guerra de tronos entre el Parlamento foral y el gobierno acabe sin que se haya perfilado una alternativa existiendo ya una mayoría parlamentaria claramente en contra de ese actual gobierno de UPN. “Me da miedo –decía Uxue- una izquierda que no es capaz de demostrar a la sociedad que se puede cambiar desde una mayoría progresista y, además, no estaremos atendiendo las necesidades de la sociedad”.
Durante los últimos meses, ese confrontación se ha mantenido para desprestigio de los políticos pero en ese segundo nivel razonable porque se esperaba que el problema de fondo fuera resuelto por lo que parecía una más que probable imputación de la presidenta del Gobierno foral. Un problema de fondo, dicho sea de paso, que no es sino el mantenimiento de un gobierno deslegitimado en el Parlamento y sin aquel sustento social y político que le permitió constituirse hace dos años pero que decidió deshacer ahora hace casi catorce meses ya a través de un golpe político interno que, a estas alturas, nadie entiende por qué no ha traído la consecuencia lógica de su dimisión.
Archivada la causa contra la presidenta, y pasadas las primeras jornadas de exaltación personal y partidaria, el Gobierno ha anunciado ya que, ahora más que nunca, nada había cambiado y que, por tanto, rechazaría dicha proposición de ley. Es el propio Gobierno foral el que vuelve a recordar que el Parlamento de Navarra se ha convertido, a sus efectos, en un órgano enojoso pero sin consecuencias sobre su capacidad de decidir. Que los acuerdos mayoritarios, de cualquier índole, formarán parte de la historia archivada pero el Gobierno no se siente obligado a cumplirlos. Que el poder legislativo de Navarra forma parte del cuarto de insignias forales a respetar pero que la democracia también tiene estas cosas.
Yolanda Barcina, presidenta de Navarra
La realidad es mucho más trascendental que esa guerra de tronos literaria y televisiva, porque lo que está en juego no es ni tan siquiera la importancia de los acuerdos que la mayoría parlamentaria adopte, sino la ignorancia que se exhibe sobre el funcionamiento de la democracia parlamentaria y sobre las decisiones que en el mundo occidental se suelen adoptar; entre ellas, la negociación desde la discrepancia. A pesar del empeño del PSN-PSOE por acercar el Gobierno al Parlamento y viceversa atendiendo políticas e iniciativas de calado social, finalmente tendrán razón en que el Gobierno no desea recibir propuestas del Parlamento, aunque finalmente se sume a ellas, porque desprecia su contenido y hurta su obligación de desarrollarlas, incluso en aquellos casos en que los diputados de UPN han dado su aprobación siguiendo el dedo del bastón de mando de Barcina.
Es inevitable preguntarse si en el caso de la proposición de Ley que, aunque se apruebe, el Gobierno no aplicará respecto a los costes de empleo, alguien en UPN ha valorado la consecuencia de su mensaje a la sociedad: Después de negar que dicha reestructuración vaya a significar una desaparición de puestos de trabajo, el anuncio de la oposición a la propuesta viene a confirmar la sospecha de que, efectivamente, lo que la reforma oculta es diferente de lo que se defiende. La deslegitimación supuesta del Parlamento para aprobar esa proposición de Ley podría haber encontrado algunos argumentos, incluso más ciertos, que no hagan sospechar a la sociedad Navarra de que no solo la situación política en UPN es una jaula de grillos pese al cava de estos días sino que, además, el Parlamento es inoperante ante la autoridad del Gobierno.
Con esta perspectiva, es loable que el Parlamento de Navarra sea capaz de construir iniciativas que cuenten con un respaldo mayoritario. Loable porque, como señalaba Uxue Barkos, ese es el mínimo que puede esperarse de quienes fueron elegidos en unas elecciones para tiempo de crisis. Pero incluso la importancia de esa posibilidad de una oposición coincidente no hace menos grave el hecho de que esos debates sirvan para llenar espacio en los medios de Comunicación porque la vida política, la real, transcurre en el más incompresible marco de excepcionalidad. No deja de ser una paradoja que Navarra esté gobernada por un gobierno minoritario y sometido a sospecha social, un Parlamento proactivo que no puede conseguir que sus acuerdos sean aplicados por el Gobierno minoritario y que no exista una posibilidad cercana de tirar el muro que abre la puerta esa calle donde puede estar la respuesta a esta paradoja.
Como en los casos de corrupción, la sociedad tienden a ignorar las hazañas de una parte de los representantes políticos y, de forma similar, puede incluso entretenerle el espectáculo político de Navarra, en el que la mayor intriga ya no es cual va a ser la decisión del PSN-PSOE sobre esa opción de un gobierno mayoritario al actual minoritario, correspondiente con la correlación de fuerzas en el Parlamento, no como el que preside Yolanda Barcina. La mayor crisis –la superior a las otras- ya no será este juego de lanzas entre Gobierno y Parlamento. La crisis más grave será que, abiertos todos los frentes, no ocurra nada.

Es comprensible la preocupación de Uxue Barkos. También la del presidente del Parlamento de Navarra.

Publicado en Diario Noticias de Navarra         3 agosto 2013