miércoles, 29 de mayo de 2013

En tu nombre: Charo y el arrebato

Ella dice que todos los amaneceres vienen cargados de truenos y que hay días que ni se ve el fin del cielo. Sabe que su queja, lo suyo, es pan nuestro de muchos y que las ilusiones son parecidas a los espejismos, que sólo los vive quien dice verlos, a veces para reconocer que a la vida hay que ponerle un cristal de color de cuando en cuando.

Foto "Diario Vasco"
Ella vive cada cosa como un caso especial, que para eso ha dado media vida por conseguir que lo que piensa se parezca a lo que piensan los demás también sin pensar en ella misma. Y sabe que mucho de lo que ella es lo aprendió de quienes le daban sopa e ideología al medio día y un "salud" para cada noche.

Tiene valor, suena a trueno de vez en cuando. Pero ella es así, por eso envuelve su pie pequeño en bota de piel de carlista, como le dice un amigo que la quiere bien y le asombra tanto valor continuado entre tanta hojarasca que arde como ascuas, para ser nada, o se la lleva el viento de hoy para mañana. 

Le cuesta reconocer que los suyos le duelen más. Especialmente los que dicen que son los suyos y pasa las horas frunciendo el ceño, escudriñando si son los propios o es carnaval por estas fechas.

Tiene el hervor a flor de piel y la sonrisa se le escapa como si no quisiera enseñarla, entre los labios fruncidos como quien se ajusta un cinturón en el almario. 

Anda escupiendo diablos estos días porque aquellos que fueron de su padre y el de ellos se han pasado al lado opuesto del camino, cortando de cuajo tanta ilusión y esfuerzo de tantos viejos y algunos nuevos. Se han pasado a la zona oscura del futuro, donde ser públicos o clandestinos es igual porque no se les nota. Más ahora, que andamos todos reclamando ojos abiertos para las mentiras que vuelve a mandarnos.

Piensa que ya no son de nadie y le duele más su propia orfandad que los errores ajenos. Le cuesta perdonar y esperar, pero lleva peor que le cortaran el hilo de su creencia, ese que va de padres a hijos o a hermanos recorriendo la historia porque sobre ese hilo que ahora han roto caminan cientos sin otro apoyo. 

Hemos quedado un día de estos que ya vienen, con un café delante para contarle que su ira de hoy tiene un pasado en el que germinaron la desgana y la tropelía que a ella más le duele. Explicarle que ese hilo roto vuela por un soplo del viento desde hace décadas, cuando unos callaron convencidos de que era mejor vender seguros que mover fábricas, que era más útil comer con Fabián Marquez, el de la CEOE, que en aquel Bocho de San Bernardo, donde compartías los chipirones y escribías historia con la tinta. 

Va a ser de día pronto, pero es mejor dejar escritas las ternuras a estas horas, que las mañanas las carga el diablo de arrebatos. 


Edimburgo, de madrugada

jueves, 23 de mayo de 2013

Barcina y Sanz (Caja Navarra), Blesa y Rato (Caja Madrid): ¿Vidas paralelas?

Yolanda Barcina le gustaría que el caso de Caja Navarra y el de Caja Madrid no tuvieran nada que ver. En realidad, lo que quisiera es que no acabase igual, con el expresidente de la Caja pisando la cárcel, como Miguel Blesa, que ha inaugurado un nuevo capítulo en las finanzas españolas, el de los banqueros en el furgón de los delincuentes. Rota la impunidad en sede judicial, ya todo es posible, incluso fianzas de 2,5 millones de euros, como la impuesta al amigo de José María Aznar por un juez cuyo pasado ha sido contado en la plaza pública y que ha puesto de manifiesto que las amistades entre presidentes de gobierno y de bancos ya se incluye en el escalafón de las amistades peligrosas, mientras la historia no se enderece.
Miguel Sanz, expresidente de UPN y del Gobierno de Navarra,
y su sucesora, Yolanda Barcina

Teme Yolanda Barcina que la suerte del imputado Miguel Sanz, doblemente presidente y antecesor suyo, roce un futuro como el del expresidente de Caja Madrid y el que parece rondar a tantos otros presidentes de entidades crediticias. No solo de las Cajas de Ahorro, maltratadas y manipuladas por la política y ahora vituperadas por los políticos gobernantes; también la de los Bancos que, por su origen territorial, tantas coincidencias –ay- y túneles han mantenido abiertos con los gobiernos –casualidad- del Partido Popular en tantas Comunidades Autónomas: Valencia, Galicia, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Asturias, Cantabria, Andalucía, Canarias, Catalunya…. sin ningún orden de preferencia ni alfabético. Teme, sobre todo, que se abra la caja foral de los truenos a partir de las imputaciones y termine afectándole el fuego, más aún de lo que le afecta ya el ruido, a ella y, por ella, al conjunto de la Comunidad foral, en esa otra faceta de la crisis institucional en que Navarra se ve, como nunca, encajonada esperando los clarines de San Fermín y, después, el paseíllo electoral.

 (...)

Publicado en "Zoom News". 20 mayo 2013

http://www.zoomnews.es/52128/actualidad/espana/sanz-y-barcina-caja-navarra-rato-y-blesa-caja-madrid-vidas-paralelas

Los idus de mayo o la suficiencia del PSOE como partido

Conforme pasan los días, surgen permanentemente cuestiones que nos llevarían a la reflexión también constante sobre el presente y el futuro del socialismo español, alejados ya todos del eco triunfal del pasado, porque el más reciente tampoco fue glorioso. No son los medios de comunicación quienes están marcando esa agenda de la vicisitud del PSOE, sino el entorno generado por su acción e inacción y, con más ruido aún, su propia entraña organizativa, que no ha parado desde hace meses de dar pie a su presencia en los medios.
Alfredo Pérez Rubalcaba, secretario general PSOE.
(Foto www.alertadigital.com)
Más que de meses, se podría hablar desde aquel mes de mayo en que Zapatero descubrió que la socialdemocracia era ajena a los escenarios financieros, que diseñaban nuevas estrategias políticas al margen de los partidos mayoritarios e incluso los gobernantes. Fue en ese mes, como unos nuevos idus de mayo, cuando también todos comprobamos que el tiempo de las ideologías sobre el bienestar social habían caído hasta la postguerra, porque se había roto unilateralmente aquel pacto implícito europeo de permitir generar una sociedad sobre la que los partidos pudieran gobernar desde principios democráticos, siempre flexibles, tanto como la realidad fuese haciendo conveniente.
(.....)


Publicado en Diario Noticias de Navarra. 15 mayo 2013

http://www.noticiasdenavarra.com/2013/05/15/opinion/tribuna-abierta/los-idus-de-mayo-o-la-suficiencia-del-psoe-como-partido

De san Atón a santa Rita: El bienio negro de Navarra y Unión del Pueblo Navarro

Ahora que se cumplen dos años desde las últimas elecciones autonómicas y municipales en Navarra, los hechos y las fechas adquieren una visión más trascendente, por la importancia de los mismos y para mirar hacia el futuro, incierto frente a un pasado sorprendente.
De aquellas, tan cercanas aún elecciones, el hecho más desatacado tal vez fuera entonces la presencia de una mujer, Yolanda Barcina, encabezando la candidatura a la presidencia del gobierno después de ser alcaldesa de Pamplona durante tres legislaturas y que sustituía a su antecesor y protector, Miguel Sanz Sesma. UPN había despedido el siglo XX (año 2000) con Sanz como presidente del Gobierno foral, aunque ya había dejado de liderar el partido, y con una mujer como primera alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina (nacida en Burgos). Ambos se habían repartido el poder foral y de la capital yendo de la mano a las mismas elecciones autonómicas y municipales, las de 1999.
Yolanda Barcina, presidenta del Gobierno de Navarra
y de UPN
La hoy máxima dirigente de UPN y del Gobierno foral ya tenía una en 2011 una intensa experiencia en ser “la primera” en su carrera política; desde luego, la primera mujer que alcanza en Navarra la mayor cota de poder en pocos años, exactamente catorce, ahora que acaba de cumplir sus 54 (4 de abril 1960). También fue la primera mujer candidata y alcaldesa de Pamplona (1999), la única persona que preside el Ayuntamiento de Pamplona en tres legislaturas consecutivas, la primera mujer presidenta de UPN (2009) y, finalmente, la primera mujer presidenta del Gobierno foral (23 junio 2012). Y fue asimismo fue la primera presidenta de UPN en tener que defender su gestión en el congreso del partido (marzo 2013) frente a un candidato alternativo, el propio presidente del Parlamento y anterior secretario general con Sanz, Alberto Catalán; un congreso que ganó en una discutida votación.
Con ella en el Gobierno da comienzo un ciclo que vendría a romper los cauces tradicionales de la vida política, institucional y económica navarra. Seis meses antes de las elecciones de 2011, Caja Navarra se integraba en Banca Cívica en el salto que le llevaría a su desaparición. Todavía era presidente de su Consejo de Administración Miguel Sanz.
UPN gana las elecciones pero dos años después es público el relato de enfrentamiento abierto y el despecho del expresidente con la propia Barcina antes del congreso de UPN, hace solo dos meses. UPN gana pero pierde 28.900 votantes con la exalcaldesa como candidata y se rompe ese respaldo superior al 40% de los votos conseguido por Miguel Sanz cuatro años antes; el partido regionalista baja al 34.5% y desciende de 22 escaños a 19. Con el objetivo de gobernar de nuevo, explora por primera vez la posibilidad de incorporar a los socialistas al Gobierno, para hacer un frente común ante el crecimiento de la izquierda nacionalista, dividida pero reforzada.
Convertido en la bisagra que puede hacer gobernable Navarra, el PSN-PSOE decide formar parte de ese nuevo Gobierno encabezado por Barcina y acepta, entre otros cargos, la vicepresidencia primera. Gobernar juntos era una aventura no experimentada en Navarra y significaba, para UPN, no controlar inicialmente la totalidad del Gobierno. Esa alianza, que Barcina consigue sacar adelante del seno de UPN, es una alianza imposible, porque Barcina no es el hábil Pepe Blanco ni Roberto Jiménez es Juanjo Lizarbe o Carlos Chivite, sus antecesores en la secretaría general socialista. Y, sobre todo, porque la crisis económica se planta en la Plaza del Castillo pamplonica como en el resto de España y el PSOE de Rubalcaba tampoco ya es el mismo, incluso a pesar suyo.
El PSN, como UPN, pensaron que la “aventura popular” de Yolanda Barcina se había cerrado cuando, al borde de la ruptura, se crea el PP navarro y Barcina decide seguir en UPN, aunque condicionando su marcha a contar con el poder en el partido regionalista. Es muy probable que para la mayoría de UPN, como para todo el Partido Socialista, el encuentro de Yolanda Barcina con José María Aznar en Marbella en otoño de ese mismo año fuese un acto amistoso, leyenda se dice. No obstante, en esa reunión comienza a plantearse el segundo objetivo real de Barcina: El primero, ser elegida presidenta en el Parlamento con la única mayoría posible, la de UPN y PSN juntos y conseguir la estabilidad inicial del Gobierno, con el socialismo haciendo de frontón en el Parlamento. Y, en segundo lugar, hacerse con el poder completo del Gobierno y dejar de compartirlo con el PSE. A pocos meses de formar gobierno, la presidenta de UPN busca con el Partido Popular la forma de respaldar la política de Mariano Rajoy, confiando en que el débil socialismo navarro siga la huella del derrotado José Luis Zapatero.
Solo ha pasado un año desde que se hubiera formado el nuevo Gobierno y ya es público el enfrentamiento entre los dos vicepresidentes, Roberto Jiménez y Álvaro Miranda (imputado en el caso Caja Navarra como consejero de Economía y Hacienda). Después de varias intervenciones públicas que evidencian esa profunda discrepancia, Barcina expulsa con nocturnidad a su vicepresidente y aliado: “Navarra no se merece un vicepresidente así”. Barcina decidido seguir sola. Roberto Jiménez decidió continuar siendo secretario general de un impávido PSN.
EL ABISMO DE UPN
La personalidad de Yolanda Barcina -su estilo de gobernar y de entender la política- se extiende desde su gestión en el Ayuntamiento hasta el Gobierno foral y a la propia UPN. La presidenta del Gobierno se queda desnuda de poder frente al Parlamento pero, sobre todo, deja UPN al borde del abismo político que su partido ha venido describiendo desde hace tantos años: La legalización de la izquierda abertzale, el avance del nacionalismo moderado navarro y, finalmente, la llegada de los partidos nacionalistas al poder. Peor aún, en su visión obsesiva, un escenario en el que las referencias políticas son el regionalismo autónomo de UPN, una derecha siempre débil, con mayorías insuficientes y sin el respaldo de Caja Navarra, y el nacionalismo vasco-navarro, financieramente solvente y con una clara capacidad de avance social.
Un año después de ganar las elecciones de mayo de 2011, Barcina descubre lo que es la minoría parlamentaria; encuentra enfrente un Parlamento que mayoritariamente pide su dimisión (incluidos sus exsocios de Gobierno) y ve cómo la oposición termina por presentar una moción de censura que no fructifica cuantitativamente por la abstención del PSN pero deja en la pared la marca histórica de la primera moción contra quien ocupa la presidencia del Gobierno de Navarra. Nunca, ni en minoría, UPN había vivido una experiencia de este tenor que evidencia, de manera clamorosa, la incapacidad del partido de la derecha navarra para llevar adelante su proyecto político ni económico, el que podía desarrollar desde la CAN en las afueras de las instituciones.
Llegar a un Congreso como el de marzo pasado en el Baluarte de Pamplona, con dos candidaturas abiertamente enfrentadas y que una de ellas la encabece el presidente del Parlamento, Alberto Catalán, también es una cultura ajena a UPN.
Tampoco la crisis económica se ha cebado en Caja Navarra. Parece evidente a estas alturas que son las decisiones políticas de décadas y las empresariales de la última legislatura del Miguel Sanz presidente, con Enrique Goñi a su derecha, una de las instituciones más conservadoras de la banca española y la que emprende el sprint de la expansión más sorprendente en tiempo de crisis. Barcina ya está en el comienzo de esa crisis en el Consejo de Caja Navarra cuando se decide crear la Comisión Permanente, cuya constitución y dietas investiga la juez de Pamplona. Ella es el aro central que une durante este bienio negro las cadenas de las crisis navarras.  
Dentro de un año justo tendrán lugar las nuevas elecciones al Parlamento europeo, que el PSOE teme como un nublado y a las que van destinadas todas las estrategias de ese partido durante los próximos doce meses, desde la Conferencia Política de octubre hasta unas eventuales elecciones primarias anticipadas. Llegar a ellas en Navarra sin mover un ápice la realidad política presente no es imaginable, como no lo es que el PSN-PSOE permanezca hasta las elecciones europeas sin mover la ficha que se le reclama incluso dentro del socialismo navarro. Yolanda Barcina espera llegar a ellas sin descolocarse, aunque sea en minoría, porque sabe, como siempre ocurrió, que el PSN contiene la aguas. El riesgo, ya se sabe, es que este bienio negro de la presidenta Barcina lo sea también para el socialismo navarro.


Publicado en Diario Noticias de Navarra. 24 mayo 2013

http://www.noticiasdenavarra.com/2013/05/23/opinion/tribuna-abierta/el-39bienio-negro39-de-navarra-y-upn

lunes, 13 de mayo de 2013

Eduardo "Teo" Uriarte: "No hay una ETA buena"

A Eduardo "Teo" Uriarte (Sevilla, 1945), socialista, se le cambia la voz cuando cita a Mario Onaindia y le arde la herida al hablar del PSOE. Condenado a muerte en el Proceso de Burgos, compañero de viaje político y carcelario de Onaindia y cofundador de Euskadiko Ezkerra, para este sevillano metido en ETA el pasado está a la vuelta de la esquina y vuelca toda la luz sobre el presente, el de Euskadi, el del socialismo, el del PSOE y el de Alfredo Pérez Rubalcaba. Se considera asimismo y a sus compañeros euskadikos como "despojos de la historia", como califica de inútil al ministro del Interior y cree que, por suerte, será la Guardia Civil, como siempre, quien determine la estrategia de la paz con ETA, esta vez en silencio.

Perfil

Eduardo 'Teo' Uriarte Romero

Nacido en Sevilla, en 1945, hijo de vasco, llegó a Euskadi con ocho años al volver su padre en 1953
Doctor en Ciencias de la Comunicación. Jubilado
En 1964 después ingresa en ETA. Cinco años después es detenido y encausado en el llamado Proceso de Burgos, en el que  se le pone la peor condena: Doble pena de muerte y 60 años de prisión.
Recorre durante ocho años diversas cárceles, junto a Mario Onaindía, y se beneficia de la amnistía de 1977.
Promueve con Onaindía la disolución de ETA poli-mili y la creación de Euskadiko Ezkerra (EE), que se presenta por primera vez a unas elecciones en 1977.
En 1990 abandona Euskadiko Ezquerra (EE) y se afilia al PSE-PSOE, tres años antes de la integración total de EE.
Encausados en el Proceso de Burgos
Ha sido dos veces diputado en el Parlamento vasco por Euskadiko Ezkerra (EE) y teniente de alcalde en el Ayuntamiento de Bilbao por el PSE.

























Publicado en Zoom News. 13 mayo 2013

http://www.zoomnews.es/49866/actualidad/espana/teo-uriarte-ex-poli-mili-ex-dirigente-euskadiko-ezkerra-ee-patxi-lopez-se-ne


domingo, 12 de mayo de 2013

De ETA al PSOE: La distancia militante de Gaizka Fernandez Soldevilla (y IV)


Gaizka Fernández Soldevilla: “Héroes, heterodoxos y traidores. Historia de Euskadiko Ezkerra (1974-1994).

En este país, el vasco, los héroes recientes suelen ser víctimas, como se dice, de un terrorismo u otro, depende desde donde se mire. ¿La historia de Euskadiko Ezkerre es un alarde de heroísmo, de supervivencia en una sociedad rota, o un rastro menor mitificado?
Gaizka Fernández Soldevilla y José Luis de la Granja
Un héroe es un personaje que ha sido idealizado, mitificado, que un partido o un movimiento ha construido como símbolo viviente. Si muere por una causa, además, se transforma en mártir. Normalmente son utilizados como modelos de emulación, para que los creyentes los imiten. Eso es muy evidente en el caso de los etarras, como bien ha estudiado el profesor Jesús Casquete. En mi libro, y de ahí el título, dedico algunas páginas a investigar cómo Mario Onaindia, Teo Uriarte y tantos otros etarras fueron considerados héroes en su momento, pero en cuanto se salieron un poco del guión pasaron a ser vistos como traidores. ¿Por qué? Porque en el imaginario maniqueo de la “izquierda abertzale” solo hay cabida para dos categorías: nosotros o ellos. Y, como hilo conductor, el odio. De ahí provienen muchos de los grandes problemas de la sociedad vasca. De los que tuvo y de los que sigue teniendo. Mi colega Raúl López Romo lo explica perfectamente en nuestra obra “Sangre, votos, manifestaciones”.
No creo que los euskadikos fueran ni una cosa ni otra, ni héroes ni traidores. Tuvieron el valor de evolucionar en una coyuntura en la que era más sencillo callar y seguir la corriente. Esto tuvo un coste a nivel personal y social que hay que reconocerles.
¿Qué rasgos principales definen ese “nacionalismo vasco heterodoxo” que usted menciona en su libro?
Aunque Juan Mari Bandres fue el primero que empleó ese término, ha sido José Luis de la Granja quien acuñó el significado del nacionalismo vasco heterodoxo. Esta débil y discontinua corriente se ha caracterizado por una serie de rasgos político-ideológicos. En primer lugar, el suyo es un nacionalismo no aranista, que rechaza la mayoría de los dogmas del fundador del PNV (los mitos históricos, el antiespañolismo, el clericalismo, el antimaketismo, la estructura confederal del País Vasco, etc.). Así, su concepción de la nación es voluntarista, subjetiva, integradora y pluralista. No obstante, los heterodoxos siguen considerando a Euskadi «la patria de los vascos», por lo que tampoco pueden ser calificados de antiaranistas. En segundo término, generalmente se han ubicado en la izquierda, ya sea en posiciones liberales (ANV) o socialistas (ESEI y EE). Tercero, dichos grupos se han aliado preferentemente con partidos vascos no nacionalistas, con algunos de los cuales incluso se han fusionado. De igual manera, han rechazado cualquier frente abertzale excluyente. En cuarto lugar, el objetivo político prioritario de los heterodoxos ha sido lograr «una Euskadi autónoma en una España democrática», ya que consideran que España no es «el enemigo» ni el «Estado opresor», sino una realidad histórica y plurinacional dentro de la cual el País Vasco puede encajar manteniendo su personalidad. Así, han sido los más firmes partidarios de la solución autonómica, renunciando al horizonte independentista o relegándolo a la pura retórica. Además, han sido las únicas formaciones abertzales que han aprobado una Constitución española (ANV implícitamente la de 1931 y EE expresamente la de 1978, aunque con diez años de retraso).
El nacionalismo heterodoxo nunca ha logrado consolidar un espacio político propio. Siempre ha estado tierra de nadie, encajado entre el PNV y el PSOE y su papel se ha visto reducido a ejercer de «bisagra» entre ambos. Por eso socialistas y jeltzales han terminado por absorber los restos de estas fuerzas tras su declive electoral. A pesar de todo, su fiasco político no debe ocultar los méritos de los heterodoxos, como su contribución a la modernización y democratización del nacionalismo vasco, su papel en la vertebración de Euskadi y, por último, su actividad a favor de la solución del problema vasco, incluyendo la integración pacífica de Euskadi en la España de las autonomías. De la Granja ha clasificado como abertzales heterodoxos a algunas personalidades de la Restauración (Francisco de Ulacia, Jesús de Sarria y Eduardo Landeta), a la ANV de la II República y la Guerra Civil, a ESEI durante la Transición y a la EE resultante de la convergencia entre EIA y el EPK de 1982.

Tantos años después ¿la libertad sigue teniendo precio?
Por desgracia, en Euskadi la libertad individual, la conciencia crítica, la defensa de la pluralidad, la apertura intelectual o incluso el trabajo científico han tenido un alto precio. Por eso muchísima gente no ha estado dispuesta a pagarlo y ha preferido mirar hacia otro lado ante todo lo que ha pasado. ¿Cuántos ciudadanos han disfrutado de la prosperidad mientras a su vecino lo insultaban, lo agredían, lo silenciaban, lo mandaban al exilio o lo asesinaban? Decía Mario Onaindia que el problema vasco era la falta de piedad. Desde luego, ha sido uno de los muchos problemas de los vascos.
Desde que ETA anunció el alto el fuego ese precio ya no se paga en sangre, como había ocurrido durante décadas, pero sí en otros planos, como el social, el laboral, el cultural, el mediático, etc. Hay mucha gente que ha quedado injustamente postergada en el País Vasco o se ha tenido que ir. Y también, hay muchos vascos cuyo pasado ha sido borrado o tergiversado, algo que nos preocupa a los historiadores. Si no lo evitamos, como en la novela “1984” de Orwell, dentro de unos años el nacionalismo radical habrá rescrito la historia a su imagen y semejanza. En ello están.
Como historiador, mi papel es intentar que se sepa lo que ocurrió, con sus luces y sus sombras. Cromwell exigía a sus pintores de cámara que le retratasen con verrugas y todo. Eso es lo que me he propuesto con este libro. Es la única manera de desterrar los mitos, las mentiras interesadas y el relato de un supuesto “conflicto vasco”, que es el eje sobre el que ha pivotado aquí el odio y, por ende, el terrorismo de ETA.
Tantos años después, ¿son más necesarias para el PSOE y el PSE las siglas EE de Euskadiko Ezkerra?
EE tenía ciertos rasgos característicos que el PSE no supo aprovechar, como su vasquismo o su funcionamiento democrático y horizontal, que no tenía parangón con ningún otro partido político. Aunque se quedara con las siglas, el PSE-EE desperdició la mayor parte de la herencia de EE, al igual que no fue capaz de integrar a muchos euskadikos experimentados. A estas alturas, las siglas sólo tienen valor sentimental. Probablemente las nuevas generaciones ni siquiera sepan lo que significan, pero probablemente al PSE-EE le resultaría útil recuperar el contenido de EE de cara al contexto político actual. La política tradicional está tan desprestigiada que un giro así tal vez funcionase. Pero una renovación de esas características, que no deja de tener sus riesgos, depende de la voluntad de los propios socialistas vascos. 

De ETA al PSOE: La memoria emocional de Esozi Leturiondo (III)


Gaizka Fernández Soldevilla, autor de “Héroes, heterodoxos y traidores”, (Ed. Tecnos. 2013), lleva el nombre de Mario Onaindia marcado en la piel de su historia académica como esa luz de la pintada de Galdakao, de hace tantos años, hecha ya pared. Antes de comprobar que en la Biblioteca Nacional lo más claro sobre el nacionalismo vasco era el vacío, nada que encontrar, ese navegante por la historia del nacionalismo y fundador de Euskadiko Ezkerra que era Mario se había convertido en vigía de la investigación. 
La obra de Gaizka F. Soldevilla no está editada por la Fundación, pero entre el también coautor de Sangre, votos, manifestaciones: ETA y el nacionalismo vasco radical, 1958-2011” (Tecnos, Madrid, 2012) y la FMO/MOF hay un hilo de admiración cordial e incluso generacional.
Se le notaba a Esozi Leturiondo, pequeña, enérgica, ante una mesa demasiado alta para todos y la bajo luz justa para ver el brillo de los ojos, esa mirada cómplice, con Gaizka a su derecha, bajo el cartel de una obra que le hubiera gustado editar a ella. Viuda de Mario (“Mi viudez ya está convalidada”, decía hace pocas semanas en Zoom News, entre agria y dolida), exparlamentaria socialista y presidenta de la Fundación que “no es un memorial a Mario, es la continuación de su obra como político, como intelectual y como persona”, creo recordar que dijo en aquella entrevista.
Con esa voz que intenta edulcorar a cada palabra, Esozi se soltó el pelo de las emociones y leyó ese “apunte a mano” que abría el acto.

Esozi Leturiondo: “Saber que no íbamos a gobernar nos hacía más libres y descarados”
“Con la edad se va desarrollando una especie de filtro, que en el fondo es un mecanismo de defensa, que consiste en mantener una memoria selectiva”, comenzó diciendo, para advertirnos que “nos acordamos de lo que queremos y yo tengo tendencia a recordar las constructivas, las que me hayan aportado. Por lo que, con todas las reservas, lo que voy a contar sobre EE es lo que yo percibo”. No quería “representar a nadie y, seguramente no aguante un contraste mínimamente objetivo” con humildad escrita, a sabiendas de que todos los que encogían la memoria en la butaca vivían la memoria a su manera, dispuestos a escuchar la narración de “una historia que es la suya”, como diría Gaizka después en las dedicatorias.
Esozi Leturiondo y Gaizka Fernández Soldevilla
Dijo que Euskadiko Ezkerra fue “un ensayo de superación de viejos enquistamientos que duró poco, entre otras cosas porque el peso de las tradiciones es grande. Visto el resultado y la duración del experimento, no se le puede calificar de éxito, pero tampoco de fracaso, porque en el intento, las personas sí nos transformamos, nos marcó y algo quedó en aquel colectivo, porque aún hoy en día, todavía me parece reconocible en personas dispersas por distintos sitios”. La huella de Euskadiko Ezquerra ha sobrevivido a las inundaciones, a las inmersiones en el olvido y los bandazos del poder. “Aportó un estilo, una manera de hacer y de estar distinta a los cánones clásicos, seguramente porque sabíamos que no íbamos a gobernar y, eso nos liberaba de la “responsabilidad del gobernante”, que a veces se convierte en una losa que impide tomar decisiones por la cantidad de cálculos políticos que nosotros ignorábamos, por lo que nos hacía más libres y más descarados. Todo esto era porque se perseguía más la influencia política que el poder”
“Para mí fue una escuela primaria donde adquirí una serie de principios que me han servido a lo largo de la vida, porque no hay que olvidar que éramos unos salvajes asilvestrados y bastante ácratas. Cuando me acuerdo lo sectaria que era, me da vergüenza”. Y a punto y seguido describió cinco razones que fueron lo que ella denominaba “los cimientos”, recordando que
1.     Que la violencia es una monstruosidad que lo encanalla todo
2.     Que la pluralidad y la democracia van unidas, son valores imprescindibles.
3.     Que las reglas de juego se respetan siempre.
4.     Que nunca se acaba de ser aprendiz de demócrata.
“Y, para terminar –dijo Esozi-, en mi caso al menos, tengo que decir que aquel viaje, mereció la pena”.

José Luis de la Granja (UPV): La mejor heterodoxia del nacionalismo
“Su ambición no era ocupar puestos, ellos representaban una propuesta visionaria, critica y por civilizar”, decía José Luis de la Granja, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad del País Vasco, hablando delante de ocho decenas de euskadikos, militantes o afiliados a Euskadiko Ezkerra, ex ”polimilis” o exetarras, a secas. De la Granja fue director de lo que en un principio fuera la tesis doctoral de Gaizka Fernández Soldevilla, como miembro recién llegado de esa segunda generación de historiadores vascos y, luego revisada y ampliada, convertida en libro, obra que él ha prologado.
La historia de Euskadi de los últimos cincuenta años transcurre por encima de lo que él denomina “una tragedi vasca”: primero la dictadura de Franco y otros cincuenta sobrepuestos de ETA, y esa es la sombra histórica que se despliega sobre la propia historia de ETA político militar, desgajados de ETA y de donde luego nacería el partido Euskadiko Ezkerra (EE). Hasta 1993, en que es absorbido por el PSOE, con sus cuadros y sus deudas.
“Como escribía Juan María Bandres, los euskadikos estaban condenados por la ortodoxia de la iglesia jeltzale, el PNV, que eran los moderados, frente a los protestantes de HB. Euskadiko Ezquerra era la heterodoxia frente unos y otros”. De la Granja opina que EE es lo mejor de la esencia heterodoxia junto a Acción Nacionalista Vasca (ANV), que luego se convirtió en un apéndice utilitario de Herri Batasuna hasta ser ilegalizado hace pocos años y de la historia de Euskadiko Ezquerra resalta la etapa desde la unión de EIA con el PCE, hasta la convergencia con el PSOE. Desde su dimensión real (un 10 por 100 del electorado vasco), EE fue la tercera vía del nacionalismo heterodoxo. Y todos coinciden en señalar, además de su peculiaridad organizativa interna, sus aportaciones a la democratización del nacionalismo vasco. “Los herederos de HB han necesitado 30 años para asumir la vía no violenta o decir que la asumen”, cerraba De la Granja, antes de afirmar que “ETA es la peor herencia que ha dejado el franquismo al País Vasco y la democracia”.

sábado, 11 de mayo de 2013

Dos visiones distintas de un mismo objetivo: Borrar a ETA

Noruega expulsó a los dirigentes de ETA en lo que para todos ha significado un gesto de endurecimiento del Gobierno español, uno más en ese largo camino no siempre declarado de la búsqueda delfin de ETA
Se evidenciaba también con esa expulsión la diferente visión que se mantiene entre ambas partes sobre el final de este proceso. Si el Gobierno y las principales fuerzas sociales piden el abandono definitivo y explícito de las armas, el nacionalismo -el radical y el que lo es menos- quieren llegar a un escenario en el que la principal preocupación sea la convivencia, metiendo el pasado terrorista en el arcón de la historia.



Publicado en www.zoomnews_ES 11 mayo 2013

http://www.zoomnews.es/48729/analisis-y-blogs/analisis-y-opinion/objetivo-borrar-eta

viernes, 10 de mayo de 2013

De ETA a Euskadiko Ezkerra (EE): El triunfo final fue su fracaso (II)


Fue difícil no mirar uno por uno a aquellos viejos euskadikos, compañeros de batallas, mientras el director de la Editorial Tecnos relataba por qué su interés en publicar obras sobre el nacionalismo vasco y europeo, ante un auditorio mayormente no nacionalista, sino vasquista, que es una forma de estar en la antípodas de algo aunque a unos y otros los separe solo una calle, la de la exclusión. Y por qué publicar, con lo que está cayendo, la historia de 20 años de ETA poli-mili, cuando esta otra ETA, que colea sin disparar al menos, está a punto de recorrer el mismo camino que la ETA origen de Euskadiko Ezkerra: del fuego al fracaso, costando lo que costó.
Gaizka Fernández Soldevilla, historiador,
autor de "Hérores, heterodoxos y traidores
“Héroes, heterodoxos y traidores” es una visión histórica, investigación narrada por un joven Gaizka Fernández Soldevilla que se renace en cada capítulo y se aburre pensando en volver al aula universitaria cada día. Una historia, como decía pocas horas después alguno de esos euskadikos y ex etarras, que nunca debería haber existido y que, ahora que se reescribe, vale para encontrarse con la verdad documentanda: Idealismo, autoritarismo interno, impulso juvenil, exilio, carcel y víctimas que no fueron escuchadas a la hora de diseñar el final de esa historia, ese salto a la democracia desde las armas.
Una peripecia que, finalmente, no evita parecer la forja de unos traidores, para unos, los que permanecieron en ese lado de la raya entre violencia y convivencia, entre armas y democracia; pero también la de unos heterodoxos y una heterodoxia de viejos ortodoxos de la libertad frente al franquismo, que los llevó a embarrancar, ajenos a la gestión de los recursos, en la puerta del socialismo vasco, cuando el PSOE buscaba rincones inquietos para dar base a su ortodoxia.
Gaizka Fernández Soldevilla y Esozi Leturiondo
Finalmente, una historia que ha convertido en héroes a personajes ya lejanos en la memoria de sus obras e ideas, como este Mario Onaindia que se superpone al paso de los años. Desde la lejanía, dicen sus compañeros, le salva su inquitud intelectual, a un paso del deambular politico y metros por delante de la realidad de los comunes que le acompañaron. No lejano, solo inmerso en sí mismo. No equívoco, solo discutido. No triunfal, pero siempre respaldado.
Esa parte del relato en el que quienes le siguieron volvieron a clavar los postes, las cotas a la democracia interna tan usuales cuando disciplina y organización resultan demostrarse incompatibles con inquietud, realidad o inteligencia.
Héroes que el tiempo no ha mitificado pero tampoco se les ha vinculado al final de todo ese camino, probablemente porque, como se suele pensar, lo importante es el camino que se recorre, aunque en la llegada espere el desierto. Una historia, en todo caso, en la que las condenas a muerte, incluso dobles, son noticia, diversas cárceles son el cobijo de muchas ideas y el encuentro con la discutible realidad de los propios, y el descubrimiento de que los virus internos que otros heredarán sin haberlos vencido anteriormente son datos subrayados en negro. Y es dificil entender que ese recorrido sea solo sea causa del furor juvenil, aunque, por encima de héroes, mitos, ortodoxias y traiciones, el fracaso sea el triunfo del destino. 


De ETA al PSOE: El reencuentro melancólico de los "euskadikos" (I)


Frente por frente con la Universidad de Deusto (Bilbao), una sala moderna y corta de luz de la UPV acogía a casi una centena de personas para la presentación de un libro. Casi todas ellas eran antiguos miembros de la desaparecida Euskadiko Ezkerra, hace ahora diez años, en el sótano ideológico del PSE-EE. Antes, en su mayoría fueron miembros de esa ETA político-militar que, anticipándose veinte años a lo que ójala ocurra pronto en Euskadi, decidió disolverse en silencio de la mano de Mario Onaindia, "Teo" Uriarte y Juan Mari Bandres. En el aire de la sala aleteaba la sonrisa de Mario y la de su viuda, Esozi Leturiondo, quien convocaba el acto como presidenta de la Fundación Mario Onaindia (FMO-MOF).
¿Héroes, heterodoxos o mártires?
Faltaban los potes. pero aquello era el recuentro de las arrugas de viejos compañeros y compañeras y la memoria siempre fresca en torno a lo que fue posible hacer, después de todo lo que se quiso ser. Uno de ellos, que escapó hacia el nido socialista tres años antes de la debacle económica de Euskadiko Ezkerra, Eduardo Uriarte (Teo), marcó con crudeza cómo había sido el final de ese proceso, veinte años después o cuarenta de iniciarse: “Estamos aquí los despojos de la historia”, dijo sonriendo y con un punto de acidez. 
Mario Onaindia
Nadie más le siguió. Nadie quiso reconocerse como pasado de esa ETA de la que se habla hoy y que es, en muchas partes, heredera de aquella otra que se desgajó de los milis, donde compartieron ideas, nacionalismo; ni parte de aquel socialismo, para muchos falso, que justificaba la radicalidad del nacionalismo. Ahora, tantos años después, es fácil comprobar que las ideas sociales de ETA, traspasadas a su brazo social, Bildu, EH Bildu, Aralar, Amaiur o Sortu finalmente, son la apariencia para un tiempo de crisis e injusticias de un discurso que antepone la aspiración nacionalista y la blinda con pintura de colores.
Los euskadikos, allí presentes o no, los antiguos militantes y los adheridos con el tiempo o desde la lejanía geofráfica, son una forma de ser, con un pie en la política y otro en el pensamiento, como se suele decir; cosa mala, se dice también, para quienes andan o querían andar en la política. Esa mirada especial les hacía reconocerse entre ellos y ellas, algunos desde una radicalidad sobrevivida y otros desde la mirada del recuerdo de una oportunidad perdida nuevamente, la del casi cuatrienio socialista, que les invitó a subirse al Gobierno vasco de la mano de Patxi López y el ojo vigilante del PP de Basagoiti para, nuevamente, adornar la confusa tarta del poder en un país confuso y todavía a medio reconstruir políticamente en ese entonces.
Esozi Leturiondo, Teo Uriarte, Patxi López .....
Era inevitable mirar a los ojos de Esozi, la vigilante de la obra y pensamiento de Mario desde la Fundación, y no ver a través de ella esa mirada de halcón de Mario Onaindia, como se esperaba su intervención inicial, porque todos iban a escuchar, otra vez, la voz del etarra nacionalista sobrevenido en socialdemócrata y que dejó solas sus filas hace ahora 10 años, justo en el momento en que el PSE, con las siglas añadidas de EE, comenzaba a enterrar aquel bagage de lucha por la libertad que mantenían, sin aventurar aún que la democracia de después era mejor que aquella lucha armada.

viernes, 3 de mayo de 2013

La cruda realidad del PNV. Del farol al pacto de estabilidad

El PNV se ha encontrado con una Euskadi políticamente diferente a la que pensaba cuando ganó. Su "farol presupuestario" le ha bajado del caballo y enseñado que gobernar en minoría es un ejercicio exento de soberbia.
La negociación del proyecto de las cuentas públicas vascas para 2013 eran el primer renglón a escribir por el PNV después de recuperar la mayoría electoral, aunque no la mayoría parlamentaria suficiente. El apoyo del Partido Socialista de Euskadi-Euskadiko Ezquerra  para que formase Gobierno abría con su abstención el horizonte, ensoñado por los socialistas, de un gobierno compartido al modo del que mantuvieron con el PP: políticas concertadas y respaldo en el Parlamento. Y desde el momento en que Iñigo Urkullu fue investido lehendakari el PSE-EE no ha dejado de dar en ese clavo permanentemente: No es viable un gobierno en minoría en la actual etapa del País Vasco. La radiografía sociopolítica de Euskadi había entrado en el Parlamento y, dividida en cuatro grupos políticos básicos, ninguno dispone de mayoría para hacer ese viaje en solitario.

Publicado en ZoomNews_ES 3.abril.2013
http://www.zoomnews.es/46764/actualidad/espana/pnv-del-farol-al-pacto-estabilidad

10 años sin Mario Onaindia, "El explorador"

A Mario Onaindia le echan de menos hasta los que más le odiaron, los que le siguieron, los que le admiramos y los que, finalmente, absorbieron a su partido, Euskadiko Ezquerra, desde el Partido Socialista de Euskadi PSE-EE. Los que le odiaron, porque se ven abocados veinte años después a una situación similar, la de buscar la paz de Euskadi sin armas en las manos, como aquel tránsito heroico desde ETA (pm) hasta la socialdemocracia desarmada. Los que le siguieron, porque con su muerte hace 10 años perdieron el líder principal de ese trasunto. Los que le absorbieron y difuminaron en el PSE-EE, porque la huella de Mario y de EE es indeleble, como todo lo que busca el bien desde la razón.

Veinte años después de su andadura, "Carlos", "El morales", Mario Onaindia, en fin, ve desde la memoria que el presente es incansable y que su hueco aquí solo cristaliza cada día esa compañera y viuda que ya se sabe amortizada en el PSE-EE, Esozi Leturiondo.


Publicado en ZoomNews_ES el 28.4.2013


http://www.zoomnews.es/44833/actualidad/espana/diez-anos-mario-onaindia-explorador
http://www.zoomnews.es/45478/actualidad/espana/entrevista-esozi-leturiondo-viuda-mario-onaindia-mia-es-viudez-amortizada